La aparentemente magnífica estrategia llevada a cabo ayer por Lewis Hamilton tiene el trasfondo negativo, como ya comentamos ayer, de haber sido impuesta por Bridgestone en pro de la seguridad de las gomas del MP4-23 pilotado por el británico. Lo más grave del asunto es que sólo Hamilton corría riesgo real de destrozar sus gomas en Turquía, y eso no es nuevo.
Estamos cansados de ver como Lewis estruja sus gomas hasta límites desaconsejables, y eso ha acabado en el extremo vivido ayer de condicionar la estrategia en carrera del piloto, que hubiera preferido salir a 2 paradas, como mandan los cánones en el Istanbul Park.
Al parecer, en Bridgestone estaban seriamente preocupados que Hamilton acabara la carrera como el año pasado, y eso, según Lewis, "nos ha puesto en una posición no demasiado fuerte para ganar la carrera". La problemática saltó a la luz tras la sesión clasificatoria del sábado, donde Lewis Hamilton fue el único piloto que volvió a experimentar problemas con las gomas similares a los del año pasado.
Según apuntan desde Bridgestone, en el Gran Premio de la temporada pasada varios pilotos sufrieron problemas en el interior del neumático, y en base a ello, cambiaron la construcción del mismo y lo reforzaron durante el invierno, dando como resultado los nuevos neumáticos que Bridgestone lleva a todas las carreras del Mundial.
Pero ni esos nuevos neumáticos aguantan las exigencias que impone Lewis con su pilotaje: "Es el piloto que, por su estilo de conducción, ha ocasionado mayores cargas en su neumático delantero derecho", aseguran desde Bridgestone, confirmando que el problema no se basa en el compuesto escogido, sino en la propia construcción del neumático.
Vía | Autosport