Sobre taxis y banderas

El pasado domingo, el Red Bull RB9 de Mark Webber rompía el motor a pocos kilómetros de ver la bandera a cuadros. El australiano no tenía más remedio que aparcar su monoplaza en una de las escasas escapatorias con las que cuenta el trazado de Marina Bay. Ni corto ni perezoso, Webber decidía que la mejor manera de regresar a su box (en los circuitos urbanos la tarea de "repatriación" suele ser complicada) era haciendo auto-stop. Su petición no tardó en encontrar "taxista" y Fernando Alonso, buen amigo del piloto de Red Bull, se paró a recogerle. Las cámaras recogían el instante y unas horas más tarde los comisarios decidían sancionar con una reprimenda a ambos pilotos.

Recordamos que tres reprimendas equivale a perder 10 posiciones en la parrilla del siguiente gran premio, que es exactamente lo que le ocurrirá a Mark Webber. El español era sancionado por detenerse en medio de la pista, una acción calificada como de peligrosa (Lewis Hamilton estuvo a punto de llevárselo puesto) mientras que Webber es reprendido por salir a pista sin el permiso de los comisarios. Tras la sanción, el propio Fernando Alonso se lo ha tomado con algo de guasa publicando la foto que encabeza este post. Un "chop" que utiliza como base el cartel de la película Taxi (versión americana) con el mismo como Queen Latifah y Mark Webber haciendo de Jimmy Fallon.

Si miramos un poco atrás, durante el pasado Gran Premio de España, Fernando Alonso se quedó sin sanción por recoger una bandera de España y lucirla, al viento, en la vuelta de honor. Aunque el reglamento así lo indica, prohibiendo recoger cualquier objeto, el piloto de Ferrari no fue sancionado y todo quedó en un mero incidente.

Y a donde quiero ir a parar, que todo esto tiene un sentido, es a preguntarme cuándo la Fórmula 1 se sacará el palo que tiene metido por el...Dejémoslo ahí. Os imagináis a Jorge Lorenzo celebrando sus carreras sin clavar la bandera de Lorenzo's Land o simplemente sin recoger una bandera que ondear en su camino al podio. El grado de encorsetamiento que FIA y FOM provocan a la Fórmula 1 hace que muchas veces se piense en el aficionado como el último mono. Ganar una carrera, más allá de lograr un título, es el éxtasis del piloto y como tal debería poder celebrarlo. Hay pilotos que sólo logran una victoria en su carrera pero se tienen que limitar a la ceremonia del champán. Estoy seguro que les hubiera gustado celebrarlo con el público, con los aficionados y con sus seguidores. Incluso aunque sea entre abucheos.

Está claro que la maniobra del pasado domingo no fue la ideal pero las imágenes con Webber montado en el Ferrari son de esas que recorren todos los rincones del planeta y poco o nada tienen que ver con la competición. Son impactos extra que muestran una gran acción entre dos rivales pero amigos. El lado bueno de la Fórmula 1. Son de las que hacen afición y que están por encima de la pura competición. Una imagen que hasta fue reproducida a escala...

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