Si algo caracteriza a Giancarlo Minardi es su sentido común al momento de expresarse. En una reciente entrevista declaró que más allá de los grandes cambios en el Reglamento Técnico, lo que realmente está atentando con la Fórmula 1 es la desproporcionada cantidad de sanciones en cada Gran Premio.
Según su opinión, de proseguir el desequilibrado criterio en los castigos, los pilotos evitarán los duelos al límite y las maniobras arriesgadas, elementos que están en el ADN de las carreras. Y es que la historia de la Fórmula 1 se ha escrito con grandes adelantamientos, esa es la acción que gusta al fanático, pero ahora todo está tan desvirtuado que duelos legendarios como el de Gilles Villeneuve contra Rene Arnoux en Dijon; o el de Nelson Piquet contra Ayrton Senna en Hungría terminarían en sanciones.
La Fórmula 1 ha emprendido un camino duro y cuesta arriba; tal vez demasiados cambios de una sola vez ha resultado traumático. Pero todo esto es muy positivo desde el punto de vista técnico. En el curso de las próximas carreras es posible que el aburrimiento se transforme en emoción. No nos olvidemos que el mundo va en una dirección, se observa una preocupación por conservar el medio ambiente, y la Fórmula 1 no puede ir contra el mundo. He escuchado que en estos días los aficionados se han alejado porque los coches no hacen ruido, pero para mí, la falta de interés se debe a otro elemento más serio como la gestión de los representantes de la FIA y la subjetividad de los comisarios en cada carrera. En Malasia, los castigos para Kevin Magnussen y Daniel Ricciardo perjudicaron a todos. No puede ser que incidentes de carrera sean castigados de forma tan desproporcionada; esas injusticias son las que alejan al fanático del deporte. Los comisarios deberían reflexionar o la FIA crear un grupo colegiado que se alterne en cada carrera, porque si los pilotos no quieren correr al límite por temor a las sanciones entonces ya estamos observando algo diferente a la Fórmula 1.
Vía | motorsport