Como muy bien apuntaba uno de nuestros lectores, Toniky, en su comentario al post de la primera jornada de entrenamientos de hoy en Montmeló, en esto del deporte del motor hay pilotos, y después hay fueras de serie. Y sin lugar a dudas, uno de ellos es Sébastien Loeb.
El que ya está considerado como el mejor piloto de rallys de la historia, hoy se ha subido a un monoplaza de Fórmula Uno, concretamente el Red Bull RB4, y se ha puesto a rodar como uno más de los pilotos de la parrilla de F1. Tras haber realizado una breve sesión de pruebas la semana pasada en Silverstone, hoy ha llegado a Montmeló y no ha desentonado, sino más bien todo lo contrario.
El quíntuple Campeón del Mundo de Rallys ha marcado el octavo mejor tiempo en una sesión en la que ha tomado parte 17 pilotos. En su primera jornada real de pruebas con un F1, Loeb se ha quedado a menos de dos segundos del piloto más rápido en pista, e incluso por la tarde se ha puesto a evaluar los neumáticos slick de Bridgestone para Red Bull.
¡Increíble! Cualquier mortal necesitaría algo más que una mañana para adaptarse al coche y cogerle la medida al circuito, pero al piloto alsaciano de Citroën le ha bastado para por la tarde comenzar a marcar unos tiempos competitivos y, como ha explicado, "sentirme cómodo en el coche y comenzar a disfrutar sobre la pista".
Lamentablemente, o no (para los aficionados a los rallys), Loeb se ha encargado de repetir una vez más tras el término de la sesión que la F1 no pasa por su cabeza y que este test ha sido por pura diversión. Una pena, porque creo que el francés no necesitaría demasiado para poder brillar en cualquier deporte en el que se tenga que poner al volante de una máquina con motor. En todo caso, una delicia haber podido verlo hoy en Montmeló.