Finalmente hoy se ha disputado la tan esperada competición de RallyCross en los X-Games y de nuevo Sébastien Loeb ha demostrado de qué es capaz. Tras todos los problemas iniciales, con los accidentes de Toomas Heikkinen y Marcus Grönholm, los organizadores se han tomado mucho más en serio la seguridad y han mejorado la rampa. Tras las primeras carreras, lo más destacado era la retirada de Pastrana por un accidente en el que no tuvo ninguna culpa y el paso a la final de nombres como Foust, Loeb, Deegan, Doran o Isachsen.
A la final llegaba Sébastien Loeb como principal favorito para llevarse la victoria. El alsaciano tenía la trazada buena, colocándose líder en la primera salida y marcando diferencias desde el inicio. Sin embargo, el accidente de Sverre Isachsen obligaba a sacar la bandera roja y por tanto reiniciar la carrera. Tras una nueva salida fallida se retomaba la carrera con Deegan (ganador del año pasado) relegado hasta la última plaza.
En la segunda salida correcta, Loeb volvía a tomar el mando, siendo en esta ocasión Ken Block el encargado de recoger el testigo en la segunda posición dejado por Tanner Foust que sólo podía ser tercero. El ocho veces campeón del mundo de rallyes ha marcado rápidamente diferencias. La preocupación llegaba tras un nuevo accidente, pero finalmente la organización ha decidido no sacar la bandera roja para no retrasar aún más la competición.
Con más de diez segundos de diferencia sobre Block (que terminaba con una rueda pinchada), Sébastien Loeb se alzaba con la victoria en sus primeros Summer X-Games al volante de un coche que no conocía y en una categoría en la que debutaba. Para él la medalla de oro y de nuevo el reconocimiento de todo el mundo como uno de los mejores pilotos de la actualidad.