Se acerca el momento mágico de la primera salida del año

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¿Quién no recuerda aquella salida del Gran Premio de Australia de 2002? Sí, hombre sí, la del vuelo de Ralf Schumacher sobre el Ferrari de Rubens Barrichello. Si ya normalmente las salidas son uno de los momentos de más tensión de un Gran Premio, la salida del primer Gran Premio del año es probablemente una de las salidas que doblan esa dosis habitual de tensión.

Pero la de este año, por diversos motivos, no sólo va a doblar la dosis, sino que me atrevería a decir que la va a triplicar. El principal motivo: ya no bastará con apretar un botoncito en el cockpit, ni habrá ningún sistema electrónico que evite que las ruedas empiecen a patinar evidenciando una mala salida del piloto. El control de salida, o launch control, ha pasado a la historia. Ahora será el piloto quien cargue con la responsabilidad de realizar una buena o una mala salida, como en los viejos tiempos. Ya no será el que disponga de un mejor sistema electrónico el que adelante plazas en las salidas. Ahora, ganar o perder unas cuantas plazas en la salida va a depender en buena medida del tacto del piloto. Y claro, del diseño del monoplaza, otro de los motivos que más intrigados debería tenernos.

Supongo que a nadie se le escapa que la tracción disponible depende directamente del peso que esté cargado sobre el neumático en cuestión. Es también ampliamente conocido que los Fórmula 1 tienen tracción trasera, y no menos gritado a los cuatro vientos que los nuevos Bridgestone requieren de una distribución de pesos muy tirada hacia delante para que los neumáticos delanteros tengan una buena respuesta.

Así de entrada, los Bridgestone quieren el peso delante, y la tracción el peso atrás. Veremos también en la salida de Australia quién ha sido el más atrevido en desplazar su centro de gravedad hacia la zaga, porque el que más peso tenga atrás, más tracción disponible tendrá a igualdad de neumáticos. Y claro, el factor pista también es muy importante en un circuito semi-urbano, ya que salir por la parte limpia de la pista (puestos impares) tiene una importante ventaja. Pero en cuanto se apague el semáforo, como ya hemos dicho, será el turno del piloto de saberla aprovechar.

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