La Fórmula 1 tiene depositadas muchas esperanzas en su temporada de 2021. Se han acometido cambios de todo tipo en la categoría con vistas a ese año, especialmente en los monoplazas. El objetivo es que crezca la igualdad en pista, que haya más batallas y que no sea tan fácil predecir quién va a ganar las carreras. Y no quieren que nadie les 'hackee'.
Para eso, tienen al mando a la persona más indicada, Ross Brawn. El ingeniero británico fue el protagonista del último gran 'hackeo' de la historia de la Fórmula 1. Fue en la temporada 2009, cuando aprovechó el cambio de normas para crear un coche basado en un vacío legal que ganó el mundial con contundencia. Pero ahora Brawn es el legislador.
La Fórmula 1 podrá cambiar sus normas de una carrera para otra
Desde hace ya un tiempo Ross Brawn es el nuevo director deportivo de la Fórmula 1. Ha estado totalmente implicado en el desarrollo de las nuevas normas técnicas para 2021, así que quiere guardarse las espaldas ante posibles agujeros legales en la normativa: pretende asegurarse de que se puedan cambiar las normas de una carrera para otra.
"Si un equipo destaca con una solución que nunca se ha concebido y nunca se ha imaginado, y destruye todo principio de lo que se intenta hacer, la Fórmula 1 permitiría, con el apoyo suficiente de los otros equipos, detenerlo", explicaba Ross Brawn. Es decir, que si todos los equipos salvo el implicado están de acuerdo podrían prohibir un artilugio de un fin de semana para otro.
Brawn explica que lo que no quieren es que un equipo gane el mundial de Fórmula 1 aprovechándose de una laguna legal, y aprovecha para defender su proyecto Brawn GP, con el que fue campeón en 2009. El británico defiende que el imaginativo doble difusor que les dio el título aquel año también lo tenían otros dos equipos, Williams y Toyota, por lo que sería admisible.
Para dejar claro cual va a ser el paradigma, Brawn explica que "si has encontrado un vacío en el reglamento y apareces en la primera carrera aprovechándolo, la FIA te dirá: 'Lo siento, amigo, vamos a celebrar una reunión ahora y si todos están de acuerdo, aparte de vosotros, lo detendremos". Así va a ser la nueva Fórmula 1.
Recordemos que Ross Brawn ganó el mundial de 2009 aprovechando un cambio técnico tan radical como éste de 2021. Cogió los deshechos del equipo Honda, que se fue de la Fórmula 1, le montó un motor Mercedes y ganó el mundial de pilotos con Jenson Button, además del de constructores. El equipo pasó de ser noveno con 14 puntos en 2008 a ser campeones con 172 puntos en 2009.
❌ DENIED ❌
— Formula 1 (@F1) February 7, 2020
Loopholes which "destroys the whole principle of what is trying to be done" can be shut down at the following race from 2021 👀#F1https://t.co/RcKMzf8YaD
Para terminar su argumento, Brawn se pregunta si "¿es una gran idea el hecho de que alguien ponga una coma en el lugar equivocado de las normas y que un abogado pueda interpretarlas de una manera diversa? No creo que lo sea". Así pues, el británico prefiere guardarse la bala de cambiar las normas a mitad de la partida, con todo lo que eso supone.
¿Un resguardo contra posibles victorias de equipo pequeños?
Cabe preguntarse si, en realidad, esta filosofía se trata de una forma de evitar que gane quien no debe ganar. Habitualmente cuando hay un gran cambio de normas alguien sale beneficiado, como fue el caso de Mercedes en los inicios de la era híbrida allá por 2014. Una ventaja que seis años después aún se mantiene.
Sin embargo parece que este dominio de una gran marca no le sienta tan mal a la Fórmula 1 como aquel de un equipo humilde como Brawn GP. Al fin y al cabo, si aquella temporada se recuerda como una de las menos emocionantes de los últimos años es por la poca enjundia de los nombres que la protagonizaron, ya que el mundial llegó muy vivo a la penúltima carrera en Brasil.
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