Tras el Gran Premio de Mónaco, Romain Grosjean recibió muchas críticas tras el incidente que lo dejó fuera de carrera en la primera curva del trazado urbano de Montecarlo. Tras esa sonrisa, el francés esconde un piloto muy agresivo. A veces, demasiado. Eso sí, a pesar de las críticas, no podemos negar la calidad de Grosjean y con el paso de las carreras lo estamos descubriendo.
En la primera carrera de la temporada, el Gran Premio de Australia, Grosjean no duró demasiado en pista tras sufrir un incidente con Pastor Maldonado. Una semana después, el piloto de Lotus volvía a ser protagonista aunque en esta ocasión cambiaba de pareja de baile, Michael Schumacher. Junto a lo ocurrido en Santa Devota, se tratan tres manchas negras en lo que podríamos calificar como de una gran temporada.
Son manchas porque en las cuatro carreras restantes, Romain Grosjean no ha bajado de la sexta posición, algo que demuestra que lo vivido en 2009 no fue más que una pesadilla. Tras la sexta posición de China, Grosjean logró el primer podio de su carrera en Bahréin. En esa carrera, el premio para Lotus era doble ya que Kimi Raikkonen le acompañaba un escalón por encima.
Tras el parón, el Gran Premio de España volvió a significar un gran resultado, cuarto. Luego vendría Mónaco y Santa Devota para que dos semanas después, Grosjean haya saboreado el champán al lograr una magnífica segunda posición contra todo pronóstico. El francés salió algo retrasado y a pesar de utilizar una estrategia a una sola parada, Grosjean alcanzó el podio tras deshacerse sin demasiadas contemplaciones de Sebastian Vettel y Fernando Alonso.
Pero para ver todo esto con la perspectiva adecuada no podemos obviar el factor E20. El último monoplaza diseñado en Enstone es de lo mejorcito que ha salido de aquellas instalaciones en los últimos años, quizás desde 2006. Sea como fuere, el 2012 estamos viendo un Grosjean a la altura de las espectativas y de su palmarés previo.