La verdad es que en mis planes no entraba que Robert Kubica estuviera de buenas y primeras dominando un rally del Europeo tal y como lo hizo el viernes. Es más, me pareció un grandísimo error tildar al polaco de gran favorito para la prueba a pesar de que el Islas Canarias será posiblemente junto al Catalunya, los dos rallyes a los que mejor se adaptará la conducción del ex-piloto de Fórmula 1.
Incluso durante la mañana del sábado deslicé que parecía que Kubica había aprendido la lección después de su accidente en el Rallye du Var (me equivocaba), donde tras dominar con mano de hierro durante la primera jornada, se salía de carretera en la última etapa. La primera especial de la segunda etapa así me lo hacía pensar, ya que el tiempo de Kubica era 1,1 segundos más lento que el de Kopecký, al que le estuvo endosando el viernes más de 10 segundos por tramo.
Al contrario de lo ocurrido en la prueba del Nacional Galo, achacaría más el accidente a una relajación que al hecho de querer seguir atacando. En concreto, era una sección muy rápida, en una frenada muy fuerte la parte trasera del Citroën DS3 RRC se levantó y esto obligó a Robert a quitar el pie del freno para no hacer un trompo, terminando contra el guardarraíl al no poder reducir la velocidad lo necesario para tomar la curva. Como podéis ver, en esta ocasión el quitamiedos sí hizo sus funciones y evito que el coche cayera por un barranco.
Como bien ha dicho Robert en varias ocasiones, esta temporada será puro aprendizaje para él, y tras ver de lo que ha sido capaz en Canarias, no me extrañaría que tarde o temprano sume su primera victoria. Lo único que sigue sorprendiéndome es la capacidad de Kubica de levantarse una y otra vez. El Gran Premio de Canadá, el Cita di Andora, el Rallye du Var, todas ellas han sido piedras en el camino de un Kubica que ha demostrado estar dispuesto a superar todas ellas con el fin de llegar a su objetivo.