Resumen WRC 2013: las decepciones de la temporada

Muy fácil sería decir que decepción, decepción lo fue todo en el Campeonato del Mundo de Rallyes 2013 salvo los campeones, tanto absolutos como de cada una de las categorías, y, si acaso, Thierry Neuville. Pero dado que en un resumen de temporada se trata de hacer un análisis un poco más elaborado, intentaremos ir un paso más allá.

La primera torta, sin lugar a dudas, debemos dársela a Red Bull Media House y Sportsman como nuevos promotores del certamen. Los seis primeros meses del año parecieron estar a otra cosa, sin dar solución alguna a los múltiples problemas del WRC, y cuando aparecieron lo hicieron con propuestas estrambóticas para 2014. Al final casi que podemos dar gracias por el hecho de que sólo la estandarización del formato de las pruebas del Mundial haya salido adelante, siento ésta un peaje a priori obligado de cara a tener las tan ansiadas retransmisiones en directo, aunque sean sólo de la Power Stage: retrocedemos por lo tanto a 2011.

Claro que en el plano organizativo tan decepcionante ha sido el papel de los promotores como el de los cronometradores. Sé que desde SIT defienden que han encontrado mil y un trabas para realizar su trabajo y que compañeros me insisten en que muchos en las asistencias del Mundial de Rallyes les critican con segundas intenciones, pero el resultado es el que es: tramos sin tiempos, splits plagados de agujeros y una sensación de caos bochornosa.

Para mí, la mayor decepción del año, aunque estuviera todo el pescado vendido y ni siquiera tuviera la oportunidad de seguir la etapa desde casa, fue que nos amputaran una Noche del Turini que se presentaba apocalíptica. Sobre todo teniendo en cuenta que aficionados españoles formaron parte de las causas que obligaron a la cancelación de sus últimas pasadas.

A nivel de pilotos, y sin querer entrar a hacer más sangre de la ya hecha en nuestros análisis de Volkswagen, Citroën y M-Sport (y no hablo de MINI porque es difícil calificar de decepción algo de lo que nada esperas), me faltó ver más de los nórdicos.

Si perdonamos a Jari-Matti Latvala por el periodo de adaptación al Polo R WRC necesario, aún nos quedan Hirvonen, Mikkelsen y sobre todo Ostberg con temporada muy flojas. Y digo sobre todo Ostberg porque ésta debía ser su temporada de consagración y ha terminado siendo un bluf.

Incluso este declive de los pilotos finlandeses y noruegos, sumada a la ausencia de suecos (alguno me dirá que ahí estaban P-G Andersson y Pontus Tidemand, pero...) hace que uno se pregunte si el actual Mundial de Rallyes se ha puesto más al alcance de los pilotos del sur, si es más fácil pasar del asfalto a esta tierra, que a la tierra de antaño...

Eso sí, no por ello nuestros pilotos se van a ir de rositas. Dani Sordo se puede escudar en su triunfo en Alemania, algo que quizá se antoja insuficiente para un piloto de su bagaje y en un equipo oficial, pero quienes debían asegurar nuestro futuro, Yeray Lemes y José Antonio Suárez, han hecho un año de lo más discreto.

Ganar en el Catalunya no es lo que se le exige a un tío con el talento y la experiencia del canario, mientras que Cohete empezó el año muy bien y se fue desinflando con el paso de las pruebas, problemas mediante. Aún así, el resultado es insuficiente. Puede que en este final de año hayan deslumbrado en el Nacional o el Regional, pero prometían más de lo que han sido a nivel internacional y no veo la manera de reconducir sus carreras.

Por último, no sé si a alguien le habrá gustado seguir las temporadas de WRC-2, WRC-3 y el Mundial Junior, pero a mí, desde luego, no. El formato que permite elegir y descontar resultados en los dos primeros ha hecho que no viéramos lucha real por el título entre Robert Kubica y Abdulaziz Al-Kuwari (de hecho, existe la duda razonable de que hubiésemos visto dicha lucha "en directo") mientras que el WRC-3 y la Citroën Top Driver se confundían con una facilidad inusitada. Casi que prefería SWRC, PWRC y la WRC Academy...