A falta de tan solo dos pruebas para el final de la temporada, la clasificación general del Mundial de Rallyes se encontraba más apretada que nunca. Sébastien Loeb mantenía el liderato, pero Mikko Hirvonen se encontraba a menos de sólo un punto. Una distancia que ni mucho menos había sido merecida por el finlandés, ya que sus méritos durante la temporada estuvieron muy lejos de los del propio Loeb o incluso de los de Ogier.
El primer piloto de Citroën había cimentado una fuerte ventaja durante el año y a falta todavía de las pruebas sobre asfalto (superficie predilecta de alsaciano) se plantaba como principal candidato por el título. Sobre todo tras el magnífico Rally de Finlandia realizado y tras el que se convertía en el único no escandinavo en ganar en dos ocasiones la prueba de los 1.000 lagos.
Un golpe que parecía más que definitivo en el campeonato… de no ser porque su joven compañero de equipo le había salido peleón. En Citroën, sobre todo Quesnel, querían apoyar a Ogier (también llamado Seb II) ya que se esperaba que el propio Loeb se retirara de la competición a final de la temporada.
Este hecho produjo que en el equipo se creará un ambiente irrespirable que terminó por estallar en la noche de la segunda etapa del Acrópolis. Sin embargo el por ese momento, siete veces campeón del mundo, cambiaba de opinión y decidía continuar en el WRC. La oferta millonaria de Volkswagen llegaba y en la marca gala se echaban a temblar con tan solo pensar que su gran campeón se fuera al rival con toda la información y conocimientos acumulados durante los últimos ocho años.
La contraoferta de Citroën llegaba, y además de los suculentos 20 millones de euros que se habla que ofrecían, las reglas de juego cambiaban y Loeb volvía a ser de nuevo el jefe de la manada, de nuevo el primer piloto del equipo. En Alemania lo pudimos ver cuando los jefazos aplicaban las famosas órdenes de equipo y pedían a sus pilotos que el doblete, primer Loeb y segundo Ogier, se mantuviera.
Caprichoso es el destino que llevaba que el neumático delantero izquierdo de Loeb se pinchara y prácticamente se desintegrara dejándole la victoria en bandeja a su compañero y rival. Todavía no había motivo de preocupación, Loeb salvaba los muebles, era segundo y además sumaba los tres puntos de la Power Stage.
Unos días más adelante llegaba el segundo susto. La prueba de las antípodas dejaba el primer error del año de “Seb”. Un despiste mirando los splits en el ordenador de a bordo de su Citroën DS3 WRC provocaba un vuelco que le dejaba KO y que llevaba a Mikko Hirvonen a sumar unos puntos que le volvían a meter directamente en el cogollo.
Pero el golpe más duro todavía estaría por llegar. En casa, delante de sus vecinos y paisanos el motor del DS3 no aguantaba ni un solo asalto y le obligaba a retirarse. La victoria la lucharían Sordo y Ogier, que finalmente se llevaría el gato al agua tras una intensa lucha con el cántabro, en lo que se rumorea que fue una batalla por debajo del rendimiento esperado, ya que supuestamente en Citroën, con miedo a romper el motor como en la unidad de Loeb, bajaron el rendimiento del propulsor.
El tercer puesto conseguido por Mikko dejaba la distancia en el ya mencionado un punto. En el Catalunya por fin Loeb conseguía saborear las mieles del triunfo sobre el asfalto y dejaba el campeonato prácticamente bajo sentencia a falta del RAC. En Gales se sucedieron las sorpresas. Hirvonen se salía de pista y perforaba su radiador, Sébastien chocaba en un enlace y también tenía que abandonar. Finalmente el campeonato se quedaba en las vitrinas del francés.
Todo ello tras una temporada muy inteligente por parte de Loeb. Ha vuelto a demostrar su calidad y su capacidad de ir rápido en todo tipo de superficies y de rallyes. Ahora sin Ogier, y con Hirvonen bajo el ala de su equipo 2012 parece a priori la oportunidad perfecta para que el piloto más laureado de la historia de los rallyes se retire haciendo lo que mejor sabe hacer, ganar.
Mañana último capitulo de los resumenes de la temporada en el que revisaremos la actuación de Kimi Räikkönen durante las dos últimas temporadas.