Todos esperábamos como agua de mayo la llegada de una tercera marca que animara el Mundial de Rallyes aparte de la participación de Ford y Citroën. Muchos comenzamos un tanto reticentes ante un proyecto que implicaba un coche muy distinto al Fiesta o al DS3 y que además venía con el nombre de David Richards y Prodrive como principales valedores.
Sin embargo siempre se guardaba la ligera esperanza de poder ver un tercer coche capaz de luchar por victorias (algo que prácticamente desde 2004 no habíamos vuelto a ver). Además el nombre de Dani Sordo en las labores de “primer piloto” teórico nos hacía creer más en él. En el desarrollo del Countryman WRC se encontraron involucrados pilotos como Markko Martin o Marcus Grönholm.
En los primeros test el coche se mostraba torpón, un poco lento en curvas de poca velocidad, pero muy estable en zonas rápidas y en frenadas fuertes. Cerdeña era la primera piedra de toque. Todos esperábamos a un Dani Sordo por delante de su compañero de equipo, pero el norirlandés se quitaba toda la presión de un plumazo y se marcaba un comienzo de rally impresionante.
Tras meterse en un top five en las primeras especiales, Meeke abandonaba por una salida de pista que le impidió volver a la carretera. Sordo quedaba en esos momentos como único representante del equipo y todos se volcaron con el español. Tras luchar durante toda la prueba con Mads Ostberg, Dani se llevaba una quinta posición que dejaba un buen sabor de boca a pesar de los problemas de juventud habituales.
Los meses entre la prueba italiana y Finlandia no permitieron evolucionar demasiado a un Mini al que le cortaban las alas por el poco presupuesto de un equipo que necesitaba ya por esas fechas una buena inyección de dinero y de caballos en el motor. El mil lagos no dejaba una buena muestra del potencial del coche y ambos pilotos se retiraban antes del final de la prueba.
Sordo que fue el piloto más destacado en aquella ocasión solo pudo luchar por mantener un top ten que sabía a poco. Los dos Countryman WRC pasarían por problemas de temperatura debido a que el barro se acumulaba en la entrada del radiador y esto no permitía el correcto flujo del aire.
La primera prueba de asfalto llegaba y a pesar de que muchos esperábamos un buen resultado debido a que tanto Meeke como Sordo son muy aptos sobre el asfalto, ambos pilotos se encargaban de apagar esperanzas al declarar que la poca potencia del propulsor en baja iba a ser determinante en los muchos cruces del rally teutón.
A pesar de ello Sordo sacó su calidad sobre el hormigón y el asfalto y conseguía una gran tercera posición final en el rally tras los dos Citroën que eran prácticamente imbatibles. Kris por su parte sufría una pequeña salida de pista que le dejaba out. Las caras de felicidad de David Richards y Lapworth eran más que evidentes ante un podio que era prácticamente imprevisible.
En Alsacia nos volvimos a aficionar a esto de los rallyes. La retransmisión en directo y gratuita de North One nos permitía ver las evoluciones del coche sobre asfalto. El abandono de Loeb en la primera especial dejaba el duelo esperado después de que Ogier dejara sin asiento la temporada pasada a Sordo. Una lucha de estilos que terminó decantándose a favor del francés, pero que dejaba una segunda posición que sabía a una victoria que hubiera sido más que merecida.
Con un tercero y un segundo consecutivos, el equipo se plantaba en el Catalunya con un nuevo sistema de gestión electrónica que no impediría la gran pérdida de tiempo durante la primera etapa debido al polvo. Meeke en esta ocasión también completaría una gran actuación y además de llevarse su primer scratch en el WRC, le arrebataba la victoria en la power stage por dos décimas a su compañero de equipo.
Con esta tendencia positiva llegábamos al RAC. Era allí, en Gales donde recibíamos la confirmación de los rumores que apuntaban los problemas económicos del equipo. La caída de HP como patrocinador para 2012 dejaba a Richards con la difícil papeleta de tener que elegir entre correr toda la temporada sin evolucionar el coche, o disputar un calendario reducido e introducir mejoras en el John Cooper Works WRC.
La última prueba de las seis programadas para este año fue posiblemente la peor de Dani Sordo, que terminaba con una salida de pista durante la etapa del sábado. Meeke volvía a ser el otro extremo y tras marcar varios scratchs llegaba a la power stage con posibilidades de llegar a la tercera posición de la clasificación ocupada en esos momentos por Henning Solberg. Un trompo en una de las curvas acababa con todas sus posibilidades, pero dejaba la primera muestra de calidad clara del norirlandés.
Ahora quedan unos meses muy difíciles ya que Prodrive no cuenta prácticamente con ningún apoyo de BMW y deberán desarrollar ellos mismos el motor del Mini. Sin embargo si no hay dinero de patrocinadores no habrá posibilidad de test y mucho menos de evoluciones. Tendremos que esperar hasta el 22 de diciembre para conocer cuáles son los planes finales del equipo y de sus pilotos.
Mañana a la misma hora la segunda parte. Las jovenes promesas del Mundial de Rallyes.