A pesar de que todos pensábamos que la ausencia de labores de equipo iban a acabar con las opciones de título para uno de los pilotos de Red Bull, al final, a la escudería anglo-austriaca, le salió todo bien y consiguieron ambos títulos sin, a priori, tener que decir a alguno de sus pilotos que su compañero era más rápido. Jugaron con fuego y no se quemaron.
Y a pesar de los riesgos, la política deportiva de Red Bull seguirá siendo la misma. Nada de utilizar órdenes de equipo para conseguir que uno de sus pilotos sea favorecido. Como ha clamado Dietrich Mateschitz a lo largo de toda la temporada, un piloto Red Bull que quiera ser campeón del mundo, en primer lugar, tendrá que batir a su compañero. Sin ayudas.
De esta forma y como confirmaba Christian Horner, el nuevo reglamento de la FIA permitiendo las órdenes de equipo, no afectará de ninguna forma a Red Bull. El 2011 tanto Sebastian Vettel como Mark Webber partirán en las mismas condiciones y podrán luchar entre ellos por el título. Una lucha fratricida que volvió en 2010 tras muchos años de ausencia.
Es loable que un equipo quiera ganar sin tener que dar órdenes a uno de sus pilotos, pero al final del año, lo que importa es quien llevará el número 1 el siguiente año. Durante buena parte de la temporada estuvimos seguros que el campeón saldría de la pareja de Red Bull, pero la ausencia de una táctica de equipo pudo hacer que al final el gato al agua se lo llevara Fernando Alonso. Loable, pero hasta cierto estúpido. Eso sí, en 2010 estaban prohibidas y como norma había que seguirla. Otra cosa es que te pillen.
Vía | Autosport