Además del automovilismo, tengo que reconocer que desde pequeño siempre me han atraído los jets, no como aparato fabricado como arma de guerra y sí desde un punto de ingeniería o como medio de disfrutar de algo que a Ícaro le costó la vida, intentar volar demasiado cerca del sol. A pesar de que el inicio de temporada no ha sido el mejor, Red Bull sigue con su estrategia absoluta de marketing, poniendo a su RB9 frente a uno de estos cazas.
En concreto, un F/A-18 Hornet de la Royal Australian Air Force, frente al que el piloto australiano Daniel Ricciardo no dudó de exprimir a fondo el V8 de Renault que animaba los motores de los Fórmula 1 el año pasado. De nuevo, el piloto de Red Bull se enfrentará en una carrera de aceleración contra el avión a reacción, algo nada novedoso en el gran circo, pero que nunca deja de sorprender al poner cara a cara dos aparatos tan distintos.