Realmente el fin de semana recién concluido no le ha ido nada bien a Red Bull. La escudería de la bebida energética ha completado un Gran Premio de Europa nada bueno para sus intereses. Por un motivo u otro, tanto Mark Webber como Sebastian Vettel se han marchado de Valencia sin poder puntuar.
Vettel tuvo que abandonar después de un fallo en su motor. Ya había tenido un problema anterior ya que no pudo completar su primer repostaje, viéndose obligado a volver a entrar a boxes para cargar la gasolina. En el caso de Webber su ritmo de carrera no fue el de otras ocasiones, teniéndose que conformar con una novena posición que no le sirve de nada.
Preocupantes los dos fallos de motor del monoplaza del alemán en tan corto espacio de tiempo. Luego el ritmo mostrado por el australiano distó mucho de lo ofrecido en carreras anteriores. Su mejor vuelta fue la undécima de entre todos los pilotos. Más de ocho décimas le separaron de la vuelta rápida en carrera, marcado por Timo Glock. Por si fuera poco, los Brawn GP fueron unas seis décimas más veloces que Webber.
Con sólo seis pruebas por delante, a ambos pilotos de Red Bull se les complica el mundial de pilotos, y al equipo el de constructores. Después de varias carreras comiéndole terreno a Brawn GP, en Valencia la progresión se ha visto truncada. Y de que manera. Jenson Button se distancia dos puntos tanto de Vettel como de Webber, y Rubens Barrichello avanza hasta la segunda posición de la clasificación provisional.
Quedan sesenta puntos en juego, un mundo. El problema es que ahora Webber está a 20,5 puntos de Button, y Vettel a la nada despreciable distancia de 25 puntos. Parecen demasiados con tan pocas carreras por delante. Eso sí, en la Fórmula 1 las apariencias engañan y los que hoy es negro mañana perfectamente puede ser blanco.
En Red Bull deberían pasar página y hacer borrón y cuenta nueva. La semana que viene toca el Gran Premio de Bélgica en Spa y sólo les vale quedar por delante de los Brawn GP. Cualquier otro resultado les pondría ambos mundiales prácticamente imposibles. Visto lo visto, no les queda más remedio que ponerse las pilas y trabajar duro.
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