Una semana después de asegurarse el trofeo LMP1 para equipos privados en el Mundial de Resistencia, Rebellion Racing se hizo con el triunfo en una de las grandes citas del calendario de la especialidad, aunque deslucida por su ausencia en el WEC: Petit Le Mans. Así, Neel Jani, Nicolas Prost y Andrea Belicchi llevaron su Lola-Toyota hasta el triunfo en Road Atlanta por delante de los habituales de las American Le Mans Series. Lo cierto es que éstos opusieron escasa resistencia al equipo anglosuizo, pues Muscle Milk quedó eliminado en la primera hora de carrera tras un accidente con un doblado (el mismo Porsche con el que ya colisionó el DeltaWing en los entrenamientos libres) que dañó seriamente la suspensión de su coche, y Dyson Racing sufrió diversos problemas mecánicos, decantándose el título de las ALMS del lado de los primeros, con Lucas Luhr y Klaus Graf como pilotos.
Con los LMP1 estadounidenses fuera de combate, la carrera fue un paseo para Rebellion Racing, que se impuso con tres y cuatro vueltas de ventaja sobre los LMP2 de Level 5, que se subieron al podio gracias al naufragio del Morgan de Conquest: primero fueron penalizados por exceso de velocidad en el pitlane a media hora del final, y posteriormente fueron excluidos por no cumplir con la duración máxima de los relevos de sus pilotos.
En cuarta posición acabaron los nuevos campeones de las European Le Mans Series, que celebraban su última cita en EEUU, con puntuación doble, TDS Racing, terminando así justo por delante del Nissan DeltaWing de Lucas Ordóñez y Gunnar Jeannette, autores de una carrera espléndida. No hay que olvidar que, al correr fuera de categoría, debieron empezar la carrera en última posición, y no podía obtener ventaja alguna de las salidas del Safety Car, a pesar de lo cual acabaron a tan sólo seis vueltas de los vencedores, y a tres de los ganadores en LMP2.
Antonio García, junto a Jan Magnussen y Jordan Taylor, acabó por su parte en decimotercera posición, y segundo en GT, después de liderar esa categoría en la última hora de carrera. Sin embargo, Extreme Speed Motorsports arriesgó con el consumo de combustible y decidió ahorrarse la última parada en boxes, logrando así el triunfo con su Ferrari 458.