Sin duda estaba siendo una de las estrellas del rally. Sébastien Ogier, que debutaba aquí con el equipo Volkswagen a los mandos de uno de sus Skoda Fabia S2000, se había logrado colar entre los cinco primeros durante una primera jornada en la que la nieve y el hielo igualaron mucho el rendimiento de todas las maquinas.
El francés estuvo en muchos tramos por delante de WRC de hombres como Novikov, François Delecour o incluso Mikko Hirvonen. Sin embargo, un exceso de fogosidad y un fallo posiblemente al tomar las notas en los reconocimientos hicieron que terminara con el Fabia S2000 completamente destrozado y con el copiloto, Julien Ingrassia en el hospital.
La salida de pista se producía en una zona muy rápida, a la que Ogier llegaba en sexta a fondo y por encima de los 160 km/h. Se ciñe demasiado en una curva de izquierdas rápidas y el Fabia es catapultado al tocar con un corte del terreno. El coche descontrolado chocó contra el muro exterior y salió despedido hacia los arboles que le devolvieron a la carretera. Afortunadamente todo se saldó con unas lesiones menores de Julien en uno de sus brazos y con el Skoda completamente destrozado.