Más allá de la presencia de Fernando Alonso en Ferrari, de la vuelta de Pedro de la Rosa a la parrilla o de la continuidad de Jaime Alguersuari en Toro Rosso, el proyecto que más ilusión nos hacía a muchos aficionados españoles a la Fórmula 1 era el de Campos Meta. Por fin, España iba a contar con una escudería en el Gran Circo. Pero según han ido llegando los problemas y los rumores, el papel que nos ha tocado en esta función es el de payasos.
Esta semana, la principal cara de Campos Meta, Adrián Campos, se marchaba de su proyecto. Por segunda vez Campos veían como un proyecto suyo de llegar a la Fórmula 1 se iba al garete. El dinero no llegaba y los problemas llegaban por todos lados. Había que pagar a Dallara o el proyecto se iría a pique.
Pero antes de que eso ocurriera varias fueron las alternativas. Apareció Tony Teixeira. El creador de la A1GP parecía ser el salvavidas de Campos Meta, pero una vez reunidos con el surafricano en Portugal, se dieron cuenta de que el dinero no iba a llegar como ellos pensaban. En ese momento es cuando apareció una de las oportunidades que después han desembocado en los últimos rumores.
Llegó un interesado. Un inversor alemán, que algunos han puesto un nombre importante como es Volkswagen. La marca alemana no tardó en desmentir el rumor. Se sentían halagados pero la Fórmula 1 no les interesa por el momento. El dinero parecía estar asegurado. De Alemania a Inglaterra para recibir la bendición de Bernie Ecclestone. Aunque fue todo lo contrario. Ecclestone les abrió los ojos y les dio una buena colleja. Campos Meta ha pagado un precio bastante superior por el chasis Dallara del que dicta el mercado. Primer error.
Grandes errores suelen tener consecuencias inmediatas. Adrián Campos, máximo responsable de la decisión de utilizar chasis Dallara sale del proyecto. José Ramón Carabante se hace con el control total de la escudería y Adrián Campos sale fuera(los detalles de este embrollo posiblemente jamás se conozcan). A partir de este momento ya no podremos decir ni Campos Meta, ni Campos. La escudería de José Ramón Carabante. El empresario además ha inyectado seis millones de euros para realizar los pagos que Dallara estaba reclamando.
La mayor solvencia que se supone que aportaba Adrián Campos no ha valido de mucho y al final ha sido el empresario malagueño quien ha rescatado un barco que se hundía irremediablemente. El dinero vence a lo deportivo, aunque en este caso, no podemos crucificar a unos ni a otros.