¿Qué le falta a Japón para triunfar en la Fórmula 1? (2a parte)

Después de revisar la historia de los equipos japoneses de Fórmula 1 de los años 60 y 70, así como varios de los motivos por los que nunca llegaron a estar arriba (con la honorable mención de las dos victorias de Honda en los años 60), hoy toca terminar el repaso de los equipos japoneses de Fórmula 1 de los años 90 y 2000. De los "artesanos" equipos privados con más ganas que medios pasamos al lado opuesto, equipos con más dinero que conocimiento.

Finalmente, se llega a juntar todo lo necesario con el desembarco de Toyota, que comparte parrilla con un equipo Honda que trabaja de forma muy similar. Pero a pesar de todo, ninguno de los dos consigue triunfar (de nuevo, Honda es la excepción con la victoria en Hungría 2006). ¿Qué es lo que no funciona? ¿Porqué no consigue un equipo japonés estar en la cima? Solo con ver la historia de los equipos del país del sol naciente, uno puede darse cuenta del motivo, pero también veremos la conclusión.

Los falsos equipos japoneses

La historia del mundo japonés en la Fórmula 1 está llena de casos en los que grandes aficionados al mundo del motor intentaron hacer un sueño realidad. Por una parte, pequeños equipos que nunca tuvieron los medios para estar arriba. Por otra parte, hombres de negocios con dinero pero sin suficiente experiencia ni conocimiento como para triunfar. En los años 90 hubo dos de estos casos en los que, en lugar de intentar crear un equipo desde cero, se buscó transformar equipos establecidos en las nuevas escuadras japonesas, aunque en realidad tenían otros orígenes.

Así llegamos al caso de Leyton House, equipo March comprado por Akira Akagi, y Footwork, equipo Arrows comprado por Wataru Ohashi. Ambos hombres de negocios intentaron cambiar las fortunas de dos equipos de media tabla. Leyton House casi lo consiguió, con un joven Adrian Newey a bordo antes de ser reclutado por Williams y con un Ivan Capelli que les dio una alegría en el Gran Premio de Francia de 1990, donde llegó en segunda posición. A parte de esa segunda plaza, solo se obtuvieron dos puntos más, uno en 1990 y otro en 1991, año durante el cual Akagi fue arrestado por fraude y el equipo volvió a llamarse March.

Footwork duró un poco más, con un solo podio en el Gran Premio de Australia de 1995 pero sin demasiado más que destacar. A finales de ese año Ohashi vendió su parte y desapareció silenciosamente de la Fórmula 1. Quedaba claro que sin dinero no se podía ganar, como lo demostraban los equipos de los años 70, pero tampoco sin el personal adecuado. ¿Qué era necesario para que Japón triunfara de verdad en la Fórmula 1, entonces? ¿Habría alguien que pudiera juntar las dos partes de este puzzle que es más fácil de mencionar que de montar? En cierta manera lo hubo, aunque las cosas no funcionaron como se pensaban que lo harían.

Toyota Racing

Toyota tenía todo lo necesario para triunfar, incluyendo el dinero, el personal y un buen plan de trabajo. Empezaron a preparar su entrada a la Fórmula 1 en 2001, recorriendo circuitos del mundo para no hacer el ridículo al año siguiente. La marca sabía que no tenían experiencia en la categoría y había que aprender. Aprendieron lo suficiente como para estar a la altura de las circunstancias en 2002, aunque fuera con solo dos puntos. Habían entrado y habían aprendido. Les quedaba mucho tiempo por delante. Las cosas hay que hacerlas poco a poco y bien.

Los resultados de 2003 y 2004, aunque mejores, no hacían ser muy optimistas, aunque para 2005 se produjo un salto de rendimiento. Toyota tenía a dos pilotos de casi primera fila con Jarno Trulli y Ralf Schumacher. Eran los pilotos adecuados para empezar a destacar. Cinco podios y dos pole positions eran exactamente lo que Toyota debía conseguir y la cuarta posición en el campeonato de marcas era una justa recompensa tanto al trabajo como al dinero que la marca estaba destinando al proyecto. Pero también metía presión al equipo. A partir de 2006, el objetivo era ganar una carrera.

Esta victoria no llegó y de hecho el equipo se vino abajo en 2006 y sobre todo en 2007, con resultados muy decepcionantes y un podio en dos años. La temporada 2008 vio una ligera recuperación y en 2009 se igualaron los cinco podios en una temporada, tres de ellos en las cuatro primeras carreras. Parecían lanzados al éxito pero de golpe y porrazo desde Japón cerraron el grifo. Ocho años y ninguna victoria era demasiado. ¿Qué había fallado? A fin de cuentas tenían los medios, el personal y la experiencia en competiciones del motor en otras categorías. Pero el trabajo estaba partido entre Europa y Japón. Esto había lastrado el progreso del por otra parte excelente equipo.

Super Aguri F1

Con el apoyo claro de Honda y trabajando en la ex-base de Arrows, Super Aguri tenía una ventaja que otros equipos de Fórmula 1 japonese no tenían. Podían trabajar desde una base europea con total independencia o, por lo menos, con toda la independencia que un "equipo B" de Honda podía tener. Esto hizo que, pese a un primer año 2006 complicado, su segunda temporada mejorara un poco gracias a un trabajo sólido y al uso del coche que Honda había utilizado en 2006 con algunas modificaciones.

Gracias al buen trabajo de Super Aguri y al talento de Takuma Sato, que fue octavo en el Gran Premio de España de 2007 y sexto en el de Canadá, después de un espectacular adelantamiento sobre Fernando Alonso, el Super Aguri rendía bien. Tanto fue así que la joven escuadra estuvo delante del equipo Honda oficial hasta la penúltima carrera del año, cuando el quinto puesto de Jenson Button hizo que Honda subiera hasta los seis puntos, por cuatro de su segundo equipo. Pero claro, si Super Aguri tenía una ventaja en términos de "independencia", aunque fuera de forma relativa, también tenía otros problemas.

De hecho, eran los problemas de siempre, y para cuando se hubo disputado la cuarta carrera de 2008, ya no había dinero y el equipo desapareció. Por suerte, Aguri Suzuki sigue en marcha con su equipo en Japón, pero seguramente no quiera ni oir hablar de Fórmula 1. Se demostró de nuevo que había habido alguna parte que no estaba en su lugar. Ante todo, el objetivo del equipo nunca había sido ganar, ya que eran un equipo de apoyo a Honda. Además, estaba el tema económico que había terminado con tantos equipos. Después de este nuevo fracaso y la marcha de Honda a finales de año, seguida por la de Toyota al año siguiente, parece que Japón no va a tener equipos en la categoría reina durante un tiempo.

Conclusión

Entones, ¿qué es lo necesita Japón para subir a lo más alto? Nada que otro país no necesite. Ante todo, industria del mundo del motor en forma de una marca que pueda mantener al equipo. El concepto de una marca externa no funciona para ellos. También hace falta personal y experiencia en la competición, preferiblemente en la Fórmula 1. Pero ante todo, necesitan el valor de centrar su base de operaciones en casa. Honda lo hizo en los años 60 y estuvieron cerca de llegar. Toyota falló por tener el trabajo dividido entre las dos localizaciones. Cualquiera de las grandes marcas japonesas que intente ganar en la Fórmula 1 tiene que cumplir con esto. Pero en un mundo donde tener bases europeas se considera una necesidad, ¿se atreverán?

Deberían. En la Fórmula 1 es vital no dividir esfuerzos ya que incluso en el día de hoy, donde la tecnología y la comunicación permiten trabajar desde la distancia, tener dos bases es costoso e inefectivo. Algunos de los momentos más complicados de Ferrari se dan cuando la oficina de diseño está en Inglaterra y no en Italia, lo que crea una separación entre el "alma" del chasis y la del motor. Esto, que puede parecer tan místico y tan poco práctico, es algo que luego se transmite en la pista, y nos damos cuenta con el caso de Toyota. A pesar de tener todos los recursos imaginables, jamás consiguieron su objetivo. Solo Renault lo consiguió, aunque sus dos bases eran mucho más cercanas.

Imaginemos por un momento que en 2016 una marca japonesa decide crear su propio equipo. Ya sea Honda, que tendrá experiencia con su nuevo motor, Toyota o incluso Nissan, que nunca lo ha intentado aún. Lo que deberán hacer es designar una base sólida en Japón y atreverse a trabajar desde allí. Otra solución sería fundar un equipo europeo parecido a lo que hizo Toyota pero sin involucrar a la empresa desde Japón. esto es muy complicado para los nipones, por lo que la única vía es abrazar su estilo de trabajo y su cultura y traer algo nuevo a la Fórmula 1. Además, trabajar lejos de Inglaterra podría tener ciertas ventajas. El espionaje industrial podría ser prácticamente imposible, y las evoluciones, difíciles de detectar antes de que estuvieran en pista. Es posible que esto no suceda nunca, pero si lo hace, podrían desafar el orden establecido de la Fórmula 1.

En Motorpasión F1 | ¿Qué le falta a Japón para triunfar en la Fórmula 1? (1a parte)

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