El 2007 fue un año balsámico para la escudería inglesa. Desde que en 1997 conquistaran el campeonato del mundo de pilotos y constructores, los chicos de Sir Frank Williams y Patrick Head no habían levantado cabeza, acumulando fracaso tras fracaso.
Ni el apoyo de BMW, ni la presencia de pilotos de supuesta calidad como Ralf Schumacher o Juan Pablo Montoya fue suficiente para que consiguieran reverdecer antiguos laureles. Para 2008 el optimismo es la nota dominante en el equipo. La buena pretemporada, salpicada por unos supuestos graves problemas en el alerón delantero, hace desde Grove esperen ansiosamente el comienzo del nuevo curso.
Pero el trabajo es arduo y largo. Ferrari y Mclaren están lejos de todo el mundo, pero si durante el campeonato los ingleses confirman lo que hemos visto hasta ahora, es posible que veamos a Nico Rosberg luchando entre BMW, Renault o Red Bull. De Kazuki Nakajima es pronto para hablar. Su gran premio de debut será más recordado por el atropello al mecánico durante un pit stop, que por cualquier otra cosa, así que habrá que darle un poco más de tiempo antes de juzgarle.
Aunque una cosa está clara, Williams es hoy por hoy una de las última de las escuderías a la antigua usanza, escudería por un lado y fabricante de motores por otro, y eso, en la Fórmula 1 de hoy en día, es un lastre que sólo puede ser salvado con trabajo, genialidad y talento.
En Racingpasión | Previo 2008