En la presentación del F1.08, el objetivo para esta temporada quedó clarísimo: este 2008 tenía que ser el año de la primera victoria. La verdad es que la pinta del monoplaza no dio lugar a dudas de que esa victoria llegaría. Una proyección meteórica en los dos años de la escudería alemana, y la inestimable ayuda del superordenador Albert 2, además de un equipo técnico muy capacitado, daban a BMW absoluta credibilidad en sus esperanzas de victoria.
Pero el arranque de la pretemporada fue más bien preocupante. Había llegado la hora de tomar riesgos para dar ese salto de calidad para conseguir el medio segundo que le faltaba al monoplaza, y cuando arriesgas, puede salir mal. El nuevo monoplaza no era tan bueno como el de 2007, y sus pilotos empezaban a preguntarse si se había dado un paso al frente o más bien hacia atrás. Poco a poco, los tiempos fueron siendo algo mejores, pero no acabaron de dejar la sensación de estar en la estela de las victorias, e incluso BMW Sauber parece haber perdido la tercera plaza virtual en beneficio de Williams (y eso, a BMW, debe dolerle muchísimo).
Sin embargo, hay especialistas que aseguran que BMW ha solucionado sus problemas de nacimiento, y que tienen ritmo suficiente para estar por detrás de los Ferrari y los McLaren. Pero claro, el objetivo era ganarles, y eso ya no lo tiene nadie demasiado claro, ni siquiera los pilotos. Nick Heidfeld asegura que no podrán estar a la altura de Ferrari y McLaren en el inicio de temporada, mientras que Robert Kubica ha afirmado que de los problemas iniciales sólo se han solucionado la mitad, y que sigue teniendo muchos problemas para reglar un F1.08 más complicado de pilotar que el monoplaza de 2007.
Diría que, con diferencia, es de las escuderías que más dudas plantean para el inicio de temporada, ya que muchos la colocan luchando con McLaren, mientras otros la meten directamente en medio del pelotón. Saldremos de dudas en Melbourne.
En Racingpasión | Previo 2008