Porsche sigue ofreciéndonos pequeñas dosis de su historia en las 24 horas de Le Mans como anticipo a su regreso en 2014. En esta ocasión, nos llevan a la década de los 80 y lo hacen con uno de sus coches de competición más míticos. Si en los rallyes todo el mundo mira atrás recordando los Grupo B, en la resistencia la letra clave es la C, la del Grupo C.
Tras vencer en la edición de 1981 con un Porsche 936, Porsche no tuvo demasiado tiempo para preparar su modelo para la nueva reglamentación, el Grupo C. En tan sólo 10 meses (el proyecto comenzó en junio y debutó dos meses antes de Le Mans), el departamento de competición de la marca creó desde cero el Porsche 956. El Proyecto C, nombre en clave del 956, tenía una serie de premisas básicas: peso máximo de 800 kilogramos, 2 metros de ancho máximo, 1 metro de altura, 100 litros de depósito y un máximo de 25 paradas en las 24 horas.
Para buscar la ligereza, el Porsche 956 recurrió al primer chasis monocasco de aluminio fabricado por Porsche. El diseño daba un paso adelante si lo comparamos con su antecesor, el 936. El diseño cerrado, tipo coupé, buscaba el mayor apoyo aerodinámico (downforce) y la menor resistencia al avance (drag) con el objetivo claro de mejorar el tiempo por vuelta, objetivo que consiguieron ya que Jacky Ickx y Derek Bell repetían victoria y lo que aún era mejor, Porsche conseguiría un aplastante triplete.