Quizás los más veteranos en esto de la Fórmula 1 recuerden alguna temporada llenda de sobresaltos, luchas, escándalos y alguno que otra decisión de despacho, pero los más jóvenes ya pueden decir que ellos disfrutaron del 2009.
En un sólo año hemos pasado por todas las fases y todas las situaciones que podamos imaginar. Comenzamos el año con el dominio inesperado de Brawn GP en Australia y dos semanas después, nos encontramos con el escándalo de las mentiras de McLaren en el primer gran premio del año. Tras el Spygate, este nuevo engaño enterraba un poco más la ya dañada reputación de la escudería de Woking.
Continuamos el dominio de Brawn GP, algo que desde el comienzo parecía que no iba a tener fin. Ni siquiera la lluvia torrencial de Malasia pudo parar a Jenson Button. Por primera vez en varios años se tenía que dar por concluido un gran premio antes de cubrirse la distancia mínima. La resolución fue dar la mitad de los puntos con lo que nos encontramos con medios puntos en el casillero.
El siguiente foco de atención fue el tope presupuestario que quería plantear la FIA. Tope que permitiría la llegada de nuevos equipos, entre ellos Campos Meta o Epsilon Euskadi, previa elección de la F1. El plante de los equipos y su amenaza a la FIA con crear un campeonato paralelo forzaron la situación y dejaron con el culo al aire al máximo organismo. Al final la FIA tuvo que ceder y Max Mosley fue la cabeza de turco de todas estas luchas de interés. Entre los nuevos equipos, Campos Meta se hacía con una plaza lo cual le permitía convertirse en la primera escudería española de la historia. El año próximo, el sueño se hará realidad.
Con el verano llegó el momento triste. El terrible accidente de Felipe Massa hizo que primero peligrara su vida y después su carrera deportiva. Finalmente y tras unos meses de recuperación, el piloto brasileño está totalmente recuperado y en 2009 le veremos de nuevo al volante de un Ferrari. El lado positivo para los aficionados españoles fue que Jaime Alguersuari debutaba en la Fórmula 1 al volante de un Toro Rosso.
El Gran Premio de Hungría también nos dejó otra decisión de despacho. La rueda voladora de Fernando Alonso tenía duras consecuencias en la escudería gala. Renault era sancionado con la exclusión de un gran premio, casualmente el Gran Premio de Europa disputado en el trazado urbano de Valencia. Sin Fernando Alonso la cita podría convertirse en un fracaso económico. Pero alguien cambió de idea y Renault estuvo allí.
El siguiente escándalo también tuvo como protagonista a Renault. Nelsinho Piquet despechado por su exclusión del equipo, afirmó que Renault le había ordenado estrellarse en el Gran Premio de Singapur de 2008. Una maniobra que permitió lograr la victoria a Fernando Alonso. Al final, se descubrió que algo de verdad había y Max Mosley se cobró su trofeo más preciado antes de marcharse: la cabeza de Flavio Briatore. Además consiguió que Renault se quedara en la Fórmula 1 hasta 2012. Algo que aún está por ver.
En el Gran Premio de Japón se hizo realidad lo que muchos aficionados españoles estaban esperando. Ferrari hacía oficial el fichaje de Fernando Alonso para la próxima temporada. Alonso cumplía su segundo sueño infantil. Primero fichar por McLaren, después fichar por la escudería italiana.
Para terminar la temporada, y tras costarle un poco más de lo que tenían pensado, Jenson Button se proclamaba Campeón del Mundo. Un título forjado en un comienzo de temporada espectacular. Seis victorias en los siete primeros grandes premios. A partir de ahí, el británico no volvió a pisar el primer escalón del podio. Aún así, los esfuerzos de Sebastian Vettel, la revelación de la temporada, no pudo arrebatarle título.
Por último, otra de las noticias importantes del año ha sido la marcha de BMW y de Toyota del gran circo. Dos grandes fabricantes mundiales que abandonaban la máxima categoría debido a su política de reducción de gastos. Una política que también podría afectar a Renault. Aunque esto último no está confirmado. Pero a la mala noticia de la marcha de Toyota y BMW, tenemos que sumar la llegada de Mercedes.
El fabricante de Stuttgart "abandona" a McLaren (ahora unicamente le proporcionará sus motores) y se marcha por su cuenta. La jugada maestra de los alemanes fue comprar Brawn GP. Una escudería creada a base de talonario por Honda y que entre Ross Brawn, su equipo y los motores Mercedes la han convertido en un grande. Los dos títulos en la temporada de debut lo dicen casi todo.
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