Que los neumáticos están en boca de todos, es algo que se sabía. Los compuestos han cambiado para la Fórmula 1 y GP2, convirtiéndose en auténticas pesadillas para los pilotos. Para la GP3, los neumáticos se quedaron igual, por lo que no habría problemas... de no ser por el hecho que los coches este año tienen un 42% más de potencia. Por lo tanto, el neumático que estaba creado para un coche casi la mitad de potente, se degrada de forma salvaje con el coche nuevo; y así, Pirelli cambia también el compuesto de los neumáticos de la GP3.
Se estrenarán en Valencia, y serán compuestos más duros. La decisión se ha tomado después de reunirse los dirigentes del campeonato y su director técnico con la gente de Pirelli. En Barcelona, las carreras fueron puramente de conservar neumáticos. Vimos un buen ejemplo el sábado, con tres pilotos y tres tácticas distintas de desgaste que llegaron al mismo punto. Solo la dificultad de adelantar en el mundo de la competición evitó un resultado distinto.
Al final, Conor Daly decía lo que todos pensaban. Los neumáticos se desgastaron demasiado y tras una sola vuelta, el graining era ya visible. El cambio se realiza para que el espíritu de la GP3 se mantenga intacto. Interesa que los pilotos puedan mostrar su talento, además de habituarse a la gestión de los neumáticos que pueda existir en GP2 y Fórmula 1. En Barcelona, la primera parte era difícil de ver y solo la segunda cobraba importancia vital.
A partir de la segunda ronda del campeonato, esta situación cambia con unos compuestos más duros que, aunque más lentos, permitirán que los pilotos puedan pilotar de forma algo más agresiva sin comprometer su desarrollo particular de cada carrera. En principioo, esto debería ayudar a ver más acción de la que vimos en el Circuit de Catalunya, además de hacer que los pilotos puedan pilotar más libremente. Habrá que estar atentos a estos cambios y ver cómo se adaptan Carlos Sainz Jr y Carmen Jordá.
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