Ayer comentábamos que para Valencia el equipo Sauber espera nueva mejoras para terminar con el mal inicio de temporada que esta sufriendo la escudería. El director, y ressponsable del nombre de dicho equipo, Peter Sauber ha alzado la voz y ha culpado sin tapujos a Ferrari y al antiguo director técnico de la escudería, Willy Rampf, de este mal rendimiento de los monoplazas helvéticos.
Dejemos las cosas claras: el C29 es un coche malísimo. Ha sido un desagradable regalo de despedida de BMW y Willy Rampf; además, cinco averías del motor Ferrari en ocho carreras es inaceptable.
El que más ha sufrido estos problemas ha sido sin duda el español que ha visto en varias ocasiones como su motor decía basta después de haber recorrido muy pocos kilómetros. La aerodinámica y el diseño del C29 tampoco han demostrado no ser los mejores, con muchos problemas en pistas rápidas debido a su escasa velocidad punta.
El propio Peter Sauber se ha mostrado muy pesimista ante lo que resta de temporada debido a la excesiva utilización de motores. A este paso y tal y como dice el dueño de Sauber, el equipo necesitará más propulsores de lo que los ocho por piloto que permite el reglamento.
Sólo nos dan ocho motores por piloto y temporada, pero a este ritmo necesitaremos más, y eso conlleva penalización de diez puestos en la parrilla. Necesitamos una mejor fiabilidad. Todas nuestras esperanzas descansan ahora en el C30 del próximo año.