Hoy de nuevo os propongo un juego de las diferencias. En la parte superior de la foto, un Sauber C29 con Pedro de la Rosa al volante durante el pasado Gran Premio de Italia en Monza. En la parte inferior, el mismo monoplaza pero con algún cambio. En vez del piloto español, al volante está situado Nick Heidfeld y en vez de la catedral de la velocidad, el trazado es Marina Bay en Singapur.
Una vez puestos en antecedentes. ¿Cuáles son las diferencias? Pues más allá del escenario y del piloto, ninguna. Los cuatro millones de euros que “traía” bajo el brazo Heidfeld no se han materializado en ningún tipo de patrocinador, al menos visible, por lo que nos hace pensar que el tema económico esgrimido en algún momento por Peter Sauber para bajar a Pedro de la Rosa de su monoplaza fue un simple excusa para lo que realmente estaba pensando. Es su equipo, puede hacer lo que quiera, pero a estas alturas, hasta un joven aficionado de 15 años puede darse cuenta de que en la Fórmula 1 hay más mierda de la que debería.
Así que, sin temas pecunarios de por medio, podemos centrarnos en las verdaderas razones. En el comunicado anunciando el cambio de pilotos, Peter Sauber agradecía a De la Rosa su trabajo, pero también afirmaba que con Nick Heidfeld conocerían el verdadero potencial del Sauber C29. También es cierto. El alemán se va a encontrar con un monoplaza desarrollado durante toda una temporada. Igualito que lo que se encontró Pedro allá por el mes de marzo.
Pero hay más razones, y Sauber las comentó hace un par de días. La inconsistencia de Pedro de la Rosa hizo que le bajaran del monoplaza. Para el dueño de la escudería suiza, Kobayashi y De la Rosa eran parejos en términos de velocidad, pero el español era mucho más incosistente, algo que se puede en la tabla.
Los 21 puntos de Kobayashi triplican los únicos seis obtenidos por el español. Pero lo que quizás Peter Sauber olvida es que De la Rosa aporta unos intangibles que hoy por hoy pocos pilotos de la parrilla pueden aportar. Cinco grandes premios tenemos para comprobar si erraron en su decisión o si por contra, fue la más adecuada para el equipo.