Ha transcurrido casi un año desde que Symonds llegó a Grove como un intento desesperado para enderezar el pésimo inicio 2013. El actual director técnico de Williams heredó, en pleno campeonato, el proyecto de Mike Coughlan, quien diseñó el FW35, uno de los peores coches fabricados por el equipo. La temporada cerró con cinco puntos y tan solo fueron capaces de superar a Marussia y a Caterham entre los constructores.
Ahora el panorama ha cambiado y Williams es una escudería combativa. Marcha cuarta en el campeonato, con 135 puntos, y es la mejor entre los clientes Mercedes. Además, aunque las victorias le han sido esquivas, el ritmo mostrado por el FW36 ha permitido que tanto Valtteri Bottas como Felipe Massa sean consecuentes aspirantes a los podios. Symonds admite que él es parte importante del cambio, pero nada de lo que se está viendo sería posible sin el aporte de un personal altamente calificado que interpretó correctamente sus ideas.
Yo estaba muy nervioso, sabía que tenía mucho por hacer en Grove pero también vi que había un montón de gente muy profesional que solo necesitaban la dirección correcta. El proceso no fue tan fácil. Cuando llegué a Williams había pánico en todos los departamentos, así que me aseguré de lograr una buena comunicación para centrarnos en el rendimiento. La arquitectura básica del FW36 se hizo tan pronto asumí la dirección técnica, pero había que cambiar las cosas en las áreas mecánicas, sobre todo en la transmisión y en la suspensión trasera. El diseño del monocasco se congeló hasta tener una idea de la integración del motor. En todo ese tiempo, todo el grupo de diseñadores nos centramos en la aerodinámica. El progreso ha sido mucho mejor de lo esperado. Esto demuestra que el personal era de alta calidad y que necesitaba una dirección. Y luego está también el contrato con Mercedes, el mejor motor del campeonato.
Vía | nextgen auto