Oriol Servià tuvo un debut sensacional en las prestigiosas 500 Millas de Indianápolis, acabando finalmente fuera del top ten (fue 11º), pero habiendo rodado durante buena parte de las vueltas bien cerca de los de delante. El piloto catalán no duda en afirmar estar “muy contento de como se ha desarrollado mi debut en las 500 Millas de Indianápolis”, aunque ya piensa en la próxima edición: “acabar una carrera tan famosa es el primer paso; el próximo año irá mejor”.
Ni el propio Uri esperaba que su coche funcionara tan bien el día de la carrera, pues había tenido problemas en todas las sesiones que había efectuado en el último mes en Indianápolis: “debo reconocer que el domingo tuve el mejor coche de todo el mes”. Sin embargo, faltaba velocidad punta, clave en las Indy 500: “nos faltaban unas 3 o 4 millas de punta (entre 5 y 7 km/h) pero jugando con los rebufos podíamos neutralizar este pequeño handicap. Pero si tomaban un poco de ventaja, era imposible seguir su ritmo”.
Las estrategias y el buen trabajo en los pit stops, muy importantes en una carrera repleta de accidentes y neutralizaciones, funcionaron a la perfección, permitiendo incluso que tras uno de los periodos de bandera amarilla, Oriol se colocara 5º. Al final, sin embargo, se notó la inferioridad de desarrollo de su coche, como se esperaba de todos los equipos procedentes de la Champ Car, y sólo el saber hacer de Uri pudo darle un grandísimo resultado, convirtiéndose en el piloto que más puestos remontó en carrera (14), y el mejor ex-Champ Car de estas Indy 500.
Vía | El Mundo Deportivo