Allá por 1978, Mike Earle y Greg Field fundaron Onyx Race Engineering, una escudería que posteriormente se rebautizó como Onyx Grand Prix y que llegó a la Fórmula 1 una década después, en 1989, tras disputar varias campañas tanto en F2 como en F3000. Hay que reconocer que en su primera temporada, Onyx pudo saborear el éxito ya que de la mano de Stefan Johansson cosecharon una tercera posición en el Gran Premio de Portugal. La temporada siguiente, la de 1990, el sueño se rompió en pedazos y ni siquiera completaron el año.
A Mike Earle le hemos seguido la pista en los últimos años ya que era la persona al frente de Arena Motorsport International o lo que es lo mismo el equipo de turismos, primero en el BTCC y después en el WTCC, de Capsicum Motorsport Group cuyo hombre al frente tiene un apellido conocido. Es Grahame Chilton, padre de Tom y Max Chilton.
Arena Motorsport International cerró sus puertas al comienzo de esta temporada y vendió los Ford Focus con los que había disputado el Mundial de Turismos los dos años anteriores. Pero de las cenizas de Arena Motorsport, Mike Earle pretende revivir Onyx. Y lo quiere hacer con un programa de lo más ambicioso.
De la mano de Arlington Industries Group, Onyx quiere poner en marcha un programa a cinco años para el Mundial de Turismos que incluiría el desarrollo y la fabricación de un vehículo según la nueva reglamentación (S2000 TC1). De esta forma, Onyx se uniría a RML como el único equipo en desarrollar de forma totalmente privada un nuevo modelo para el campeonato. De momento, no se sabe que modelo pretenden desarrollar
Vía | Touringcartimes