El desplome de Aston Martin durante la temporada 2023 de Fórmula 1 está siendo uno de los asuntos más dramáticos del año, al menos para la afición española. El coche con el que Fernando Alonso hizo podios y soñó con la victoria 33 ahora empieza a parecer uno de los peores de la parrilla sin que haya una explicación aparente.
Aston Martin ha pasado de soñar con el subcampeonato de constructores a tener casi imposible acabar en la cuarta posición. Muchos lo achacan a la falta de evolución, pero los números comparativos con la temporada 2022 no engañan: la FIA le ha prohibido algo al Aston Martin AMR23, aunque no se haya dicho qué.
El AMR23 llegó a ser tres segundos más rápido que su predecesor; ahora sufre para batirlo
Cuando un coche no evoluciona lo que ocurre es que se queda en el mismo sitio en el que ya está mientras que sus rivales, si están más atinados, le van superando. No es el caso del Aston Martin. El coche de Fernando Alonso ha ido perdiendo rendimiento a lo largo de la temporada, yendo ahora más lento que al principio. Y los números así lo demuestran.
Para hacer la comparación vale utilizar el elemento común que estuvo en Aston Martin en 2022 y 2023: Lance Stroll. Incluso corriendo lesionado, en las clasificaciones de los primeros Grandes Premios de 2023 Stroll fue entre dos y tres segundos más rápido que en las de 2022. Hablamos de 2,2 segundos en Baréin, 2,1 en Arabia Saudí, 2,2 en Miami y hasta 3,7 en Bakú.
Aston Martin era claramente el equipo que más había mejorado de un año a otro, teniendo un coche infinitamente más rápido. No era cuestión del cambio de Sebastian Vettel por Fernando Alonso, sino que en las manos del propio Lance Stroll esa mejoría era palpable. Pero de repente comenzó a menguar.
Conforme nos vamos adentrando en la temporada el Aston Martin va perdiendo velocidad. Al llegar a Hungría, los tiempos de Stroll ya solo son un segundo más rápidos que los que él mismo había hecho en en 2022. La lluvia impide hacer una comparación correcta en Spa y Zandvoort, pero de repente en Monza hay sorpasso: Stroll ya va más lento que en 2022.
El cambio de trazado de Singapur también evita comparaciones, pero en Suzuka la tendencia se confirma: aquí Stroll sí es más rápido que en 2022, pero solo por tres décimas. Un coche que al principio de temporada llegó a mejorar en tres segundos sus registros del año anterior, ahora pelea por superarlo aunque sea por la mínima.
Se podría estimar que esto se debe a que en 2022 la evolución durante la temporada de Aston Martin fue grande, mientras que en 2023 ha sido inexistente. Pero eso no justificaría cómo en una época de estabilidad reglamentaria Aston Martin acabó la temporada 2022 luchando por los últimos puntos y empezó la 2023 como segundo mejor equipo.
La FIA ya aplicó una sanción encubierta a Ferrari en 2019
Atendiendo a los rumores, Aston Martin podría haber sido el equipo más afectado por la nueva directiva de la FIA sobre alerones flexibles. De hecho, el propio Toto Wolff, jefe de Mercedes, verbalizó que a mitad de temporada, antes incluso de salir esta directiva, la FIA ya le pidió a Aston Martin que retirara esos alerones, justificando así su bajón.
No sería nada nuevo en la FIA. Recordemos que en la temporada 2019 llegó a un acuerdo privado con Ferrari acerca de sus motores, y misteriosamente a partir de ese acuerdo los coches de Maranello perdieron potencial de forma radical hasta sumirse en una travesía en el desierto de dos años sin victorias. Nadie explicó nada más de qué había pasado.
Cuando un equipo no mejora significa que se queda estancado, y son los demás quienes van cada vez más rápido. No es eso lo que ha pasado con Aston Martin. El coche de Fernando Alonso es más lento prácticamente a cada carrera que pasa, y es absurdo pensar que los ingenieros de Aston Martin estén manteniendo actualizaciones que hacen el coche más lento.
Por supuesto, si Aston Martin ha cometido alguna irregularidad es de justicia que se la retiren. Pero sería sano para la Fórmula 1 que la FIA informase de sus maniobras.
