Parecía que el nuevo reglamento técnico de la Fórmula 1 iba a provocar que la aerodinámica marcase más diferencias, pero en el Gran Premio de Baréin hemos descubierto que no ha sido exactamente así: los motores siguen siendo la parte central del monoplaza. Y en ese apartado, Ferrari ha arrasado a la competencia.
Mientras que Ferrari y sus clientes han crecido de forma asombrosa, los equipos motorizados por Mercedes se han hundido hasta la catacumbas de las Fórmula 1. Y los que más velocidad punta tuvieron en carrera fueron los Honda, pero la fiabilidad les jugó una mala pasada en el tramo final de la prueba.
McLaren, Aston Martin y Williams disputaron 'la copa Mercedes' en las últimas posiciones
La situación de los clientes de Mercedes durante el Gran Premio de Baréin fue penosa. McLaren, Aston Martin y Williams fueron claramente los tres peores equipos de la parrilla: descolgados, doblados y luchando entre ellos por las últimas posiciones, muy lejos de la zona de puntos. Una debacle totalmente inesperada.
Mientras que en el caso de McLaren parece que hay cierta excusa por los problemas de frenos que han padecido desde la pretemporada ya en Baréin, lo de Aston Martin y Williams ya se vio venir en los test. Y si añadimos que el propio equipo Mercedes está muy lejos de la lucha por la victoria, parece que algo ha fallado en esos motores.
Y lo peor para Mercedes es que esos propulsores están congelados hasta 2025, lo que significa que solo se pueden hacer actualizaciones por motivos de fiabilidad y con el consentimiento de la FIA. Una congelación que también preocupa a Honda después de los fallos que tuvieron en el tramo final de la carrera.
Los cuatro motores Honda marcaron las velocidades punta más altas de la carrera, con Max Verstappen alcanzando el tope de los 327,9 km/h. Pero tres de esos propulsores se rompieron en las últimas vueltas y, pese a que Red Bull ha dicho que fue un fallo con la bomba de combustible, el bloqueo de las ruedas de Sergio Pérez y el incendio de Pierre Gasly hacen sospechar.
Curiosamente, Ferrari apostó por una configuración totalmente diferente para la carrera. Su motor se había demostrado poderoso en la pretemporada y en los entrenamientos, pero en carrera Leclerc marcó la menor velocidad punta, solo 302,6 km/h, a once del segundo peor, que fue Carlos Sainz. Pero hicieron el doblete.
Quizá Ferrari sabía algo que le llevó a no forzar tanto el motor como Honda, o simplemente apostaron por esa configuración técnica. Así se entiende con la facilidad con la que Verstappen enjugaba la ventaja de Leclerc en la recta de meta: había más de 25 km/h de diferencia entre la velocidad punta de uno y la del otro.
Lo que está claro es que el nuevo motor de Ferrari ha funcionado, y la prueba es que sus clientes, Alfa Romeo y Haas, que habitualmente disputaban 'la copa Ferrari' en las últimas posiciones, ahora están puntuando con solvencia. Haas y Alfa Romeo son los mejores equipos después del 'big three'.
Y entre toda esta marabunta aparece Alpine, con su nuevo motor Renault. Había mucho miedo con el cambio de concepto que los franceses iban a acometer en su propulsor, pero parece que ha salido bien. Fernando Alonso y Esteban Ocon fueron rápidos en la pretemporada, y su motor está por delante del de Mercedes. No vienen por ahí los problemas de Alpine.
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