La crisis planetaria que está causando el virus COVID-19 tiene efectos directos e indirectos en el mundo del automovilismo. El más evidente, que toda la primera parte de la temporada de la Fórmula 1 2020 está suspendida. En principio, la primera carrera sería en mayo, pero Zandvoort, Montmeló y Mónaco también están en el aire.
En la misma situación está el WEC, que de momento solo mantiene en su fecha original las 24 horas de Le Mans. Y podrían ser suspendidas también. Todos estos retrasos amenazan con posponer de forma inevitable las ilusionantes temporadas que tanto la Fórmula 1 como el WEC tenían preparadas para 2021.
La fábricas de los equipos de Fórmula 1 están cerradas o bajo mínimos
En el caso de la Fórmula 1 el motivo es más obvio. Las fábricas de los equipos están cerrando. Los primeros fueron Alfa Romeo, pero después se les unió Ferrari y poco a poco se espera que se vayan sumando el resto. McLaren por ejemplo ya se ha visto afectada por el primer caso de coronavirus durante el Gran Premio de Australia.
Los equipos que consigan seguir operando, como de momento es el caso de Mercedes y Red Bull, lo hacen bajo mínimos. Justo en la temporada en la que más recursos se destinan a la fábrica, porque se desarrollan en paralelo dos monoplazas, el de 2020 y el de 2021. Llegar a tener listo el nuevo coche para el próximo mes de febrero se antoja complicado.
Es cierto que ya se está empezando a asumir que éste será el mes de vacaciones de la temporada 2020, y que en agosto se tendrán que recuperar las carreras perdidas, o al menos las que se puedan. Esto significaría que las fábricas, que normalmente cierran en agosto, podrían mantenerse abiertas. Pero aún así, no está claro que den los números.
La FIA y la propia Fórmula 1 ya asumen que un escenario probable es que el nuevo reglamento técnico de la categoría se posponga hasta 2022, y que en la temporada 2021 se corra con coches que sean evoluciones de los actuales, y por lo tanto más asumibles de desarrollar incluso con este parón.
Un riesgo que corre la competición es que si no retrasan el reglamento técnico los equipos ya se centren completamente en 2021 cuando puedan abrir de nuevo sus fábricas. Es decir, el statu quo que viésemos en la primera carrera de la temporada se mantendría ya para todo el año. No habría muchas alternativas.
Los grandes beneficiados, de nuevo, podrían ser Mercedes, que en pretemporada demostraron tener una ventaja considerable sobre Ferrari y Red Bull, y ahora ven como esa diferencia les podría valer para ganar dos mundiales. En cualquier caso, cuando lleguen los Grandes Premios veremos cómo de real es esa ventaja. Pero la Fórmula 1 de 2021 está muy en el aire.
El WEC le vendría bien esperar a Peugeot para dar arranque a la era de los hiperdeportivos
Si la Fórmula 1 de 2021 ha quedado tocada por el coronavirus, el WEC de los hiperdeportivos ya venía tocado de casa. La marcha de Aston Martin dejó a Toyota como único participante para la 2020/2021, más aún tras la renuncia de Rebellion. Ahora este contratiempo incluso podría darle oxígeno a la ACO para retrasarlo todo.
Si hay que recuperar las carreras suspendidas, que de momento son las 1.000 millas de Sebring y las 6 horas de Spa, pero también podría ser Le Mans, el final de este campeonato prácticamente se solaparía con el inicio del siguiente. Así que es posible que todo se retrase, los hiperdeportivos no lleguen hasta la 2021/2022 y así al menos Peugeot ya se haya unido a Toyota como participante.
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