El amor eterno que parecía haberle jurado Nico Rosberg a Williams podría tener fecha de caducidad, y además muy cercana. El joven alemán está ya cansado de seguir siendo una promesa en ciernes sin rematar la faena, y empieza a ver la necesidad de tener de una vez por todas un coche competitivo entre manos para demostrar su valía.
Las declaraciones de Nico Rosberg respecto a lo que espera de Williams en un incierto 2009 suenan a ultimatum, y de hecho, mucho me temo que lo son: "Si Williams sigue sin estar arriba, entonces tendré que empezar a pensar en otro sitio. Tengo que pensar en mi carrera". A mediados de la próxima temporada, Rosberg decidirá su futuro para 2010. Por el bien del espectáculo, esperemos que sea donde sea, disponga por fin de un coche de los buenos, porque su talento lo pide a gritos.
Vía | OneStopStrategy