Ser Narain Karthikeyan no debe ser nada fácil. Al menos me estoy refiriendo como piloto, pues saltar de 2005 a 2011 en Fórmula 1 es poco menos que saltar a una categoría desconocida. Y a Karthikeyan se le nota que ha tenido que adaptarse a una categoría máxima en la que ya estuvo pero a la que es difícil volver tras un período en otras especialidades. Si a Michael Schumacher le ha costado año y medio acercarse siquiera al podium, el trabajo de Narain también debe haber sido infernal para al menos clasificarse.
Eso sí, tanto el equipo técnico y directivos, como Vitantonio Liuzzi son un gran apoyo para Narain, que poco a poco ha ido asentándose y ya no parece tan "lejos" de su compañero. Me resulta muy curioso comprobar como en los equipos modestos, hacer tan siquiera un papel en el que te ves relegado a la cola del pelotón exige un trabajo tan duro, o más (si me perdonáis la licencia) que el trabajo que pueda hacer Sebastian Vettel o Nico Rosberg. Por decir dos pilotos. De los tiempos en los que Fernando Alonso estaba en Minardi tenemos muchos recuerdos y también se empezó a hablar de lo difícil que era mantener un coche tan "poco avanzado" en pista. Y a partir de ahí empezamos (yo por lo menos) a ver cómo los pilotos se pegaban literalmente con el monoplaza para mantenerlo dentro de lo negro... Hoy en día los HRT son de los equipos más modestos aunque ya van adelantando puestos, pero a riesgo de que me llaméis exagerado, creo que no se mueven tanto proporcionalmente a como lo hacían los Minardi. Y no precisamente cuando estuvo Alonso, me refiero a en general.
La Formula 1 da siempre mucho trabajo. Lo cierto es que ya piloté [en 2005] pero cosas como los neumáticos o las ayudas a la conducción han cambiado mucho. Me siento como un principiante.
Y tanto que sí, una segunda oportunidad para Karthikeyan que parece estar exprimiendo. Eso sí, hay que hilar muy fino porque ya han empezado las quejas por los equipos pequeños, y aquí al primero que se van a comer es al más menudo.
Vía | Motorsport-Total