"Ha sido peor que nuestras expectativas, que ya eran pocas". Con estas lapidarias palabras resumía Marc Gené desde la fábrica de Maranello lo que ha sido el fin de semana para Ferrari. La escudería se ha dado de bruces con la realidad en el primer Gran Premio de Fórmula 1 de 2020 con un rendimiento mucho peor del esperado, que ya era pobre.
Ferrari está en plena zona media, y ni siquiera liderándola. Han perdido un segundo por vuelta respecto a la temporada pasada y celebran como una victoria un podio de rebote que consiguió Charles Leclerc. Y todo por el efecto que ha provocado el acuerdo privado al que llegaron con la FIA para limitar sus motores, supuestamente ilegales.
El Ferrari SF1000 genera mucha resistencia al aire en las rectas y no mejora en curva
Ahora mismo Ferrari está en la zona media de la Fórmula 1. Es un hecho. Lo que parecía inalterable, que era la posición dominante de los tres grandes, ha cambiado. Ferrari ha descendido del grupo de cabeza al que lucha por los puntos. La bomba saltaba después de los entrenamientos libres del viernes: se informaba de que Ferrari había descubierto un fallo de correlación con el túnel del viento.
Es decir, que los datos que arrojan las pruebas aerodinámicas de Maranello no se corresponden con lo visto en pista. Después de los test de Barcelona ya lo sospechaban. Venían a Austria con la venda puesto teniéndose la herida, pero ésta ha sido aún más grande de lo que se podían imaginar. El viernes fue malo, y lo peor estaba por venir.
Si alguien esperaba que la cosa mejorase el sábado desde luego que se equivocó. Empeoró, y mucho. Hasta el punto de que el Ferrari de Sebastian Vettel no se metió en la Q3, y Charles Leclerc entró como décimo. No hubo problemas mecánicos, ni mala estrategia ni errores de los pilotos. Simplemente ese era el ritmo.
En Ferrari los más optimistas se agarraban a que el ritmo de carrera del viernes no fue tan malo, y a que quizá con calor mejorarían. Pero ahora mismo todo hace empeorar al Ferrari. El ritmo del domingo fue pésimo en ambos coches, y solo la cascada de averías y accidentes y la habilidad de Leclerc maquillaron el resultado con un podio que es un mero espejismo.
Grosso modo, el problema parece identificado. El chasis del SF1000 genera mucho drag en las rectas. Es decir, que opone mucha resistencia al aire. Y lo peor de todo es que ni siquiera lo compensan en las curvas. En el Red Bull Ring el Ferrari iba igual de rápido que el año pasado en los giros pero era una tortuga en recta. Si a eso le sumamos que el motor está muy limitado, desastre.
"Ha sido una gran sorpresa, pero lo hemos hecho todo perfectamente para acabar segundos". Charles Leclerc. #AUT1movistarF1 pic.twitter.com/p3S8DMN4Qm
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Las supuestas irregularidades del motor de la temporada pasada y el acuerdo secreto al que llegaron con la FIA les están pasando factura a Ferrari. Han tenido que redefinir por completo su unidad de potencia, que no solo ha pasado a ser la menos poderosa de la Fórmula 1, sino que ha dejado sin tiempo a los equipos para readaptar sus coches al motor. Cronómetro en mano se ve claramente.
Ferrari ha perdido nueve décimas respecto a 2019, Alfa Romeo un segundo y Haas seis décimas
Solo ha habido tres equipos que han empeorado sus tiempos en el Red Bull Ring respecto a la temporada pasada. Son Ferrari, Alfa Romeo y Haas, y todos tienen algo en común: son los únicos de toda la Fórmula 1 que utilizan los motores de Ferrari. Cada uno a su manera, pero todos se han derrumbado en Austria.
Ferrari en 2019 marcó la pole position en el Red Bull Ring con Charles Leclerc. El piloto monegasco paró el crono en 1:03.003, un tiempo que en la clasificación de 2020 le hubiese valido para salir tercero (y segundo tras la sanción a Lewis Hamilton). Sin embargo, el propio Leclerc ha hecho en 2020 un mejor crono de 1:03.923. Nueve décimas perdidas en un año. Involución.
Si miramos a Alfa Romeo y a Haas la debacle es igual. Los que menos han perdido son los americanos, que se han dejado seis décimas entre un año y otro. Los que más, los de Alfa Romeo, que han sido un segundo más lentos que en 2019. Y como decimos, con caminos diferentes, porque Kimi Raikkonen y Antonio Giovinazzi han estado arriba en la tabla de velocidades puntas.
El problema es que para ir tan rápidos en pista el Alfa Romeo prácticamente fue sin carga aerodinámica. El coche era inconducible, hasta el punto de que estaban por detrás de Williams. Son los que más tiempo han perdido respecto a 2019. Con este motor Ferrari, si se quiere velocidad punta es a cambio de mucho paso por curva.
Para terminar, otro dato. En 2019 cinco de los seis coches motorizados por Ferrari estuvieron en la Q3 en Austria. Y el otro, Romain Grosjean, acabó undécimo. En 2020 solo ha entrado en la ronda decisiva de la clasificación Leclerc, y por los pelos. Tres de los seis coches con motor Ferrari se quedaron fuera en la Q1.
El hundimiento de Haas y de Alfa Romeo es preocupante para ellos, y bueno para Williams que al menos ya tiene contra quien competir. Pero el de Ferrari es directamente alarmante. Mercedes ha ganado tres décimas, McLaren cuatro y Racing Point nueve. Esto se ha traducido en que Ferrari ahora mismo es el quinto equipo más rápido de la Fórmula 1, y gracias.
Por supuesto, esto no se mantendrá. Hay que tener en cuenta que estamos en el Red Bull Ring, un trazado de poco más de un minuto en el que los dos primeros sectores prácticamente solo son rectas. El motor importa mucho en Austria, igual que contará en Estiria. Por eso Ferrari brilló hace un año y se ha caído ahora.
Toque entre Vettel y Carlos, que deja malparado al alemán. #AUT1movistarF1 pic.twitter.com/TsxpFHEQdU
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Cuando lleguen Silverstone y, sobre todo, Hungaroring, el desastre se debería matizar. Independientemente de que lleguen mejoras o no, en circuitos más revirados Ferrari debería estar más arriba. No con Mercedes y Red Bull, pero sí liderando la clase media, o incluso un poco separados de ella. Eso sí, tendrán suerte si al final Monza es a puerta cerrada.
Sebastian Vettel hizo su peor carrera en año y transmite desidia
Otro drama dentro de un fin de semana terrible de Ferrari ha sido el que ha protagonizado Sebastian Vettel. Su actuación ha sido simplemente paupérrima, hasta el punto de que él mismo ha reconocido que después de tantos años el de Austria puede ser uno de sus peores Grandes Premios en la Fórmula 1.
No solo preocupa su nivel de pilotaje, sino que peor aún es su actitud. Se le ve con desidia, poco motivado. Sabedor de que su última temporada en Ferrari va a ser la más difícil de todas. "Estoy contento de haber hecho solo un trompo", dijo tras la carrera. La desmotivación de Vettel brota por todos sus poros.
El trompo fue tras un toque con Carlos Sainz, cuando intentaba aprovechar que el español atacaba a Leclerc para ganarle la posición. Pero a todos los problemas que ya se han dicho, hay que añadir uno más. Parece que al Ferrari le cuesta mucho calentar las gomas. Tanto a Leclerc como a Vettel les hemos visto con muchos problemas en las primeras vueltas tras coches de seguridad.
Quizá con el coche tocado, pero tras el toque con Sainz la carrera de Vettel ha sido una penuria. Ha terminado décimo de once coches que han visto la bandera a cuadros. Solo delante de Nicholas Latifi, el novato de Williams, y detrás de un piloto como Antonio Giovinazzi, quien le adelantó en las últimas vueltas con el Alfa Romeo. Una penuria para el tetracampeón.
Ferrari promete un coche prácticamente nuevo para Hungría
Ahora Ferrari tiene que tomar una decisión seria. Evolucionar este coche o centrarse ya en el de 2022. Pasar dos temporadas de travesía en el desierto, la de 2020 y la de 2021, que se disputará con el mismo monoplaza, sería un calvario brutal para una marca como Ferrari, pero saben que por mucho recursos que le destinen a este coche no les valdrá para ser campeones. Ni de lejos.
Por el momento el desarrollo del coche de 2022 está paralizado para todos los equipos, así que Ferrari puede intentar mejorar el SF1000 lo suficiente para mantener el decoro. Ya han anunciado mejoras para Hungría, donde se quieren presentar con un coche prácticamente nuevo. Quedan quince días para esa carrera, pero entre medias queda otra penuria en el Red Bull Ring.
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