El pasado Gran Premio de Abu Dhabi se pudo ver una cosa que ha terminado por revolucionar un sector de Internet, más concretamente Twitter y algún blog: al entrar Sebastian Vettel en boxes para cambiar el morro dañado de su Red Bull, se aprecia cómo la nariz del monoplaza es flexible. Se ve claramente y nadie lo esconde, podríamos estar delante de un nuevo fraude (y van…) de Red Bull.
La paranoia comienza. No diré yo que esto sea legal o ilegal, porque esto lo juzga la FIA (y ya lo hizo, y no lo vio ilegal), y mucho menos seré yo el que se atreva a analizar de forma más técnica el asunto, porque carezco de los conocimientos necesarios como para evaluar el rendimiento aerodinámico de una pieza por observación de un vídeo. Lo único que tengo ganas de comentar ahora es el gusto por la conspiración que tenemos en este país (y en tantos otros).
Como es lógico, en mi descargo diré que me guio por las resoluciones de la FIA, que es quien pone el reglamento y lleva a cabo los controles. Me niego a creer que, teniendo en cuenta que los demás equipos no han puesto el grito en el cielo, pase algo trascendente con esta nariz “gomosa” del Red Bull. Los equipos se juegan mucho dinero, y si en el caso del mass damper de Renault se hizo presión para que se revisase desde todos los ángulos el artilugio, no veo por qué ahora no iba a ser igual la cosa.
El caso es que, alentados o no por el comentarista asturiano de turno, los españoles queremos ver cómo otro hace trampas para arrebatarnos “lo que es nuestro”, o sea, el título de Fernando Alonso. Y seguimos anclados en ese estúpido sofá que nos hace decir “¡¡ganamos!!”, pero “Fernando este año lo tiene crudo, no gana”. Es curioso cómo nos queremos apuntar siempre al caballo ganador, y si no gana ese caballo es por culpa de las argucias de los demás.
La pregunta es, ¿nos creemos que Red Bull hace trampas, o es que la FIA está comprada, es mafiosa, o simplemente inútil? Recuerdo cómo la FIA está siempre en entredicho, de hecho yo mismo caí en ese agujero de razonamientos cuando en 2006 Michael Schumacher aparcó su coche en la Rascasse de Mónaco trayendo la vergüenza a las pistas. En este caso, siendo como son asuntos de tipo técnico (y no deportivo), asumo que no se lo suficiente sobre el tema.
Lo que me parece extraño es que, sabiendo que la FIA ha declarado esto como algo normal, que los equipos han vuelto a la vida normal, y que no parece que todo esto tenga su trascendencia… seamos capaces de creernos un argumento (inventado, como la remontada de Vettel, de dos adelantamientos para pasar del pitlane al tercer puesto, como nos contaron en un “periódico” deportivo) más en contra de los pilotos y equipos rivales de Ferrari y Fernando Alonso.
Mucho se repiten ahora máximas filosóficas e ideas como que “eres más grande cuanto más grandes son tus rivales”, ahora todo el mundo es un samurai y cita ‘El arte de la guerra’, a Lobato solo le creemos cuando nos interesa, y, a la postre, lo que dejamos de hacer es disfrutar del campeonato, y de la F1. Cuánta razón tiene Kimi Raikkonen cuando dice que “la F1, sin los medios, sería un paraíso”. Lo peor es que empiezo a pensar como él, y eso es como tirar piedras sobre mi propio tejado.
Fernando Alonso es, para mi, un piloto preferido y deseo que gane el mundial. Me gusta su filosofía actual y creo que está en el pico más alto de su nivel de pilotaje. Lo que pasa es que, si finalmente gana Sebastian Vettel y no Fernando Alonso, recordaré al campeón por sus méritos y no porque alguno dijo que hacían trampas y nunca se pudo demostrar. Es curioso como Red Bull pasó de Cenicienta (escudería pequeña que avanzó con paso de gigante, bla, bla, bla…) a monstruo conspirador y lleno de soluciones fraudulentas en tan poco tiempo.
A mi, las novelas de conspiraciones me gustan, pero como entretenimiento para las tardes de invierno.
Postdata: si ahora resulta que se declara ilegal algún mecanismo como este para Red Bull no querrá decir que lo expresado aquí deje de tener validez. Seguiré pensando en que a gran parte de los espectadores de Fórmula 1 le gusta más la polémica y hablar de conspiraciones y de la masonería imperante en la categoría, que de las carreras. Y que seguirá existiendo esa facción que se apunta al “ganamos”, pero cuando las cosas van mal “Domenicali dimisión”. Que dimita por algo legítimo, no por preferencia nuestra.