El regreso de Michael Schumacher levantó una gran expectación. El heptacampeón mundial volvía y lo hacía en una escudería que se presumía competitiva, Mercedes GP. El año anterior se habían hecho tanto con el mundial de pilotos como el de constructores y la cosa prometía bastante al contar con el respaldo de un gran fabricante.
Nada más lejos de la realidad. El retorno a las pistas del kaiser no ha cumplido con las expectativas. En 2010 fue superado por su compañero de equipo Nico Rosberg y en 2011 va camino de repetirse la misma historia. El alemán es consciente de que algo está fallando, y piensa que él es el problema. El alemán hasta está pensando en retirarse, a pesar de que hace escasamente un mes se daba por hecho de que seguiría en 2012.
En declaraciones a Corriere dello Sport Schumacher indica:
Llegué a Mercedes con una tarea específica: no ganar a toda costa, sino hacer crecer este equipo. Estamos trabajando muy duro, el coche está en su segundo año y todavía tiene muchas áreas llenas de incertidumbres, pero crecerá. En todo caso, yo soy el problema. Es un hecho que estoy un poco más relajado de lo que estaba habitualmente, y se puede estimar que me resulta necesario concentrarme. No sé si mi forma de pensar es la adecuada para el equipo. Pronto voy a evaluar si debo continuar (en las carreras) o lo dejaré.
Ross Brawn, por su parte, cree que le harán cambiar de opinión para que siga con ellos:
Fichamos a Schumacher para desarrollar el coche; él tiene un contrato por tres años y estamos muy contentos con él, pero si Schumacher no se siente a gusto, entonces tendremos que hablar. No se puede obligar a alguien a hacer algo que no quiere hacer. Estoy seguro de que al final podremos convencerlo para extender su contrato.
Vía | TheF1