Mi Gran Premio de España 2012: Pastor Maldonado devuelve la sonrisa a Frank Williams

Me atrevería a decir que la del pasado domingo ha sido la carrera de Fórmula 1 más bonita que he presenciado en vivo en el Circuit de Catalunya, y ya me acerco a dos décadas sin perderme ni una. No esperaba menos en una año en el que se ha certificado el quinto ganador distinto con cinco monoplazas distintos en estos magníficos cinco primeros Grandes Premios de una temporada, ya a estas alturas, histórica.

En este campeonato, más que nunca, la regularidad va a tener un valor incalculable. Es obvio, cuando hasta 6 equipos diferentes están en disposición de lograr victorias. Porque ya han ganado cinco, pero que nadie se olvide de Lotus, porque serán los siguientes en sumarse al historial. Es un dato enormemente significativo que tras 5 carreras, el liderato de Sebastian Vettel a igualdad de puntos con Alonso se decida por su sexto puesto logrado precisamente en Montmeló. Pero ahora toca el turno de elogiar a Pastor Maldonado y a Williams, y no sabéis cuánto me apetece.

Es cierto que siendo “en casa”, una victoria de Fernando Alonso con un adelantamiento sobre Pastor Maldonado en las últimas diez vueltas hubiera sido algo absolutamente inolvidable. Pero ver la felicidad en la cara de Frank Williams cuando Pastor cruzó la meta hizo para mí esta carrera, si cabe, aún más inolvidable. Con esa imagen en la cabeza abandoné el circuito, y con esa imagen no puedo sentir otra cosa que una emoción inmensa de volver a ver en lo más alto a la escudería que ganaba en mis primeros años en la Fórmula 1. No sé si una victoria de Alonso me hubiera proporcionado una felicidad tan emotiva y nostálgica, sinceramente.

Centrándome en la carrera, el mismo instante de la salida sirvió de carta de presentación muy representativa de lo que iba a venir después: un Fernando Alonso que no se guardó absolutamente nada y que se lanzó desde el instante cero a por todas, y un Pastor Maldonado que no se dejó intimidar por el empeño de Alonso, y aguantó el tipo hasta el último momento, sin dar nada por perdido. En la salida venció magistralmente Fernando, pero fue Pastor quien vio antes la bandera a cuadros. Entre esos dos instantes, ambos pilotos nos regalaron una preciosa lucha que engrandece esta primera victoria de Maldonado, porque podrá explicar siempre que esa victoria se la disputó y ganó a Fernando Alonso a domicilio. Casi nada.

La carrera fue realmente extraña, ya que pocas veces se suceden tantos cambios de “ganador virtual” en una misma carrera. Tras el primer pit stop parecía que Alonso estaba consolidando lo que iba a ser una victoria cómoda, pero Maldonado no dio su brazo a torcer, y una buena jugada estratégica en su segunda parada, sumada a una pérdida de tiempo de Alonso en el doblaje de Pic (no nos pasemos, tampoco creo que ese doblaje fuera el motivo de no ganar), y unas primeras vueltas extraordinarias en ese stint del de Williams con gomas frescas, dejaron a Fernando a unos 6 segundos, y la victoria en manos del venezolano.

Pero aún quedaba mucho por pelear. La segunda mitad de ese tercer stint de Fernando fue soberbia, y parecía que el ritmo marcado por Maldonado en esas espectaculares primeras vueltas con sus gomas nuevas estaban cobrándose factura: Alonso se estaba echando encima a un ritmo feroz. En Williams llamaron muy pronto a Pastor para su última parada, y en Ferrari jugaron la baza de no anticipar tanto esa parada por el riesgo de acabar la carrera con las gomas destrozadas. Pastor mantuvo el liderato, pero Fernando se echó rápidamente encima de él, hasta quedarse a tiro de un adelantamiento. En ese punto, parecía que la victoria sería para Alonso. Sólo había que saber dónde y cuándo decidiría pasar al venezolano.

En este punto, estaremos todos de acuerdo que la estrategia de Ferrari había sido acertada, pese a no parecer la más adecuada al aguantar demasiadas vueltas con gomas usadas cuando Maldonado ya calzaba las nuevas. La realidad es que esa estrategia dejó a Alonso pegado a Maldonado con opciones reales de ganar, ya que necesitaba un adelantamiento en las cerca de 12 vueltas que todavía quedaban, y sus gomas tenían 3 vueltas menos que las de Pastor. En principio, todo de cara. Pero la última vuelta de tuerca fue definitiva: Alonso perdió ritmo dramáticamente, y Pastor se escapó hacia su primera victoria. La estrategia de Ferrari acabó certificándose como buena al ser capaz Alonso de aguantar a un Kimi Raikkonen que venía dispuesto a todo, y que entró por meta pegado al difusor del Ferrari. Si llega a tener una única vuelta más en esas gomas, Alonso hubiera finalizado casi con toda seguridad tercero. Unas últimas reflexiones en este punto: ¿el bajón de Alonso se debió a rodar tantas vueltas enganchado a Maldonado? Pirelli ha informado que en ese último stint las gomas de Alonso eran usadas, mientras que las de Maldonado eran nuevas ¿tendrían las gomas de Alonso más vueltas que esas 3 que tardó en entrar respecto a Maldonado?

Sobre Lotus, ya he comentado que actualmente dan la sensación de tener uno de los monoplazas más completos de la parrilla. Llevan dos carreras seguidas metiendo a los dos coches muy arriba, y hoy por hoy son los que demuestran una mayor regularidad en sus resultados. En un primer momento, confieso que pensé que Kimi Raikkonen tenía ritmo para haber ganado en Montmeló. Y en cierto modo, hay detalles que me llevan a pensar así. El verdadero lastre de los Lotus fueron los stints con las blandas, y de esos hicieron los dos primeros. Con las duras fueron un avión, y ese último stint más corto que el resto les dio las dos vueltas más rápidas en carrera, siendo los únicos monoplazas en bajar del 1:27. Creo que si hubieran hecho tres stints con duras, acortando un poco más en especial el tercer stint (el cuarto y último fue excesivamente corto como demuestran los tiempos), hubieran optado a algo más. A posteriori siempre es más fácil, pero buena carrera en cualquier caso.

El carrerón se ha vuelto a comer prácticamente todo el artículo de opinión, pero hay varias cosas que no me gustaría olvidar. Empezaré con Lewis Hamilton. Conducción agresiva, destroza gomas, bla bla bla. La realidad: remontó 16 posiciones con únicamente dos paradas, y marcando unos tiempos impresionantes. Sin la penalización, esta carrera hubiera sido suya. También hizo una carrera a tener muy presente Sebastian Vettel. Muchos son los que gozan diciendo que sin coche es un piloto más, pero acabó 6º a pesar de un drive through y un cambio de morro, y con un último stint soberbio en el que dio buena cuenta en pista de Button, Hamilton y Rosberg. Con coche o sin coche, Vettel sigue líder del Mundial. Otro que nos regaló espectáculo del bueno: Kamui Kobayashi. Sus adelantamientos marca de la casa hicieron olvidar las procesiones que tantos años nos hemos tragado en Montmeló, y su 5ª posición final da mucho que pensar sobre hasta dónde podría haber llegado Sergio Pérez de no tener tan mala fortuna. La mención negativa para terminar se la lleva Jenson Button. Está protagonizando un año de más a menos, y sus problemas con las gomas, en contraste con Hamilton, son realmente preocupantes.

De nuevo me dejo mil cosas, como la bonita lucha (otra más) entre Vergne y Ricciardo, el accidente Schumacher-Senna (para mí, culpa clara del alemán, pese al amago de Bruno), o la pobre carrera de Massa. Y la preciosa foto de dos campeones del mundo como Alonso y Raikkonen subiendo a hombros a Maldonado en el podium. Pero mi último recuerdo hoy va por la bonita imagen de todos los equipos ayudando a sofocar el fuego en el box de Williams ¡Esta es la Fórmula 1que todos queremos! Nos leemos por aquí después de Mónaco, o durante la espera en mi twitter (@smarcusf1).

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