Hemos tenido que esperar hasta la última carrera de la temporada, pero ya tenemos nuevo Campeón del Mundo de Fórmula 1, y supongo que todos coincidiremos en que se trata de un merecidísimo campeón: Lewis Hamilton. Al británico no le duraron los nervios por el título más allá de la primera curva, y evitó cualquier situación de riesgo con una solvencia ejemplar.
Nico Rosberg, sin embargo, tuvo una carrera para olvidar. Y puede dar gracias a que cuando empezaron a aparecer los problemas técnicos en su monoplaza, ya estaba bastante claro que no iba a poder ganar a Lewis en pista. No quiero ni pensar qué hubiera pasado si su coche falla estando en una situación en pista que le hubiera valido para el campeonato.
Espero que a estas alturas, nadie señale a los problemas mecánicos como los causantes de que Rosberg no pudiera disputarle la carrera, y por consiguiente el título, a Lewis Hamilton. Aunque Nico volviera a robarle la pole a Hamilton por los ya recurrentes problemas de éste con sus bloqueos en frenada en clasificación, cualquier esperanza de ver una carrera emocionante se esfumó en el mismo momento en que se apagaron los semáforos de la recta de Abu Dabi y Hamilton fulminó a Rosberg en plena aceleración. No tuvo ni que arriesgar la frenada.
Más allá de el momento de la salida, la carrera no tuvo ningún tipo de interés por lo que a Mercedes respecta. Sí, lo sé, un abandono de Hamilton daba el título a Rosberg mientras este era segundo, pero el esperar a un problema de Hamilton con su monoplaza no me parece en absoluto emocionante.
Los Williams y Daniel Ricciardo
Por detrás, la carrera tuvo algún que otro destello, pero me resultó en general bastante insípida, y eso suele ser raro en mí. ¿Sabéis cuál es el problema? Que el circuito de Abu Dabi me resulta de los más planos e insulsos de todo el calendario, y cuando una carrera no está emocionante a nivel estratégico, no existe ni el simple hecho de ver rodar monoplazas por un circuito que realmente suponga un reto.
Destacaría la apuesta estratégica de Williams con Felipe Massa. Por primera vez en esta temporada, Williams apostó por una estrategia agresiva para atacar la victoria. Y lo más sorprendente: una estrategia fundamentada en un larguísimo stint intermedio con las gomas blandas. Massa le hizo a esos neumáticos 30 vueltas, más que ninguno de los pilotos que luchaban por posiciones importantes, y ello le permitió un último stint con superblandas al ataque.
Es cierto que hay quien defienda que Massa no debería haber parado, intentando llegar hasta el final de carrera con esos neumáticos, pero creo que tratándose de un Williams, y con los problemas de gomas que muchos equipos habían experimentado durante el Gran Premio, demasiado hizo Massa con sacarle 30 vueltas a ese juego como para pretender que aguantara 13 vueltas más.
La idea de Williams estaba clara: entrar en el momento en el que las vueltas que quedaran fueran suficientes para poder cazar a Lewis Hamilton aprovechando su evidente ventaja de gomas, sin que se hicieran demasiado largas para unas gomas que se venían abajo con relativa rapidez. Al final no pudo ser, aunque faltó poco, pero me alegró ver por fin a Williams atacando una victoria.
También hay que destacar la enorme carrera de Daniel Ricciardo, que acaba el año tan bien como lo empezó. Esta ha sido sin duda la temporada de su consagración, y veremos si el peso de ser el líder de Red Bull no le pesa en exceso en 2015. En Abu Dabi, Ricciardo se aprovechó de una estrategia que le facilitó rodar en aire limpio durante buena parte de la carrera, adelantando a coches más lentos especialmente al principio de carrera sin perder tiempo.
Sin ir más lejos, Sebastian Vettel, que salía junto a él desde el pit lane, tendría que haber sido capaz de seguir su estela, pero se quedó estancado detrás de Magnussen, perjudicando por completo la estrategia de carrera diseñada, pues al rodar a un ritmo inferior, no pudo aprovechar las paradas tempranas de otros pilotos para ganarles la posición en pista.
Sobre Ferrari, casi mejor ni hablar. Ha sido un año horroroso, en el que lo único positivo que va a quedar es que se ha llevado a cabo la limpieza que tan necesaria era desde hace muchos pero que muchos años. Ahora falta por ver si la reconstrucción que sigue a la limpieza se hace de la manera adecuada. Esperemos no volver a tener a Ferrari lejos de la cabeza durante otra larga temporada.
Sin más, y con el deseo de que el vencedor absoluto de este 2014 acabe siendo Jules Bianchi, me despido de una temporada que, pese a la superioridad evidente de Mercedes, ha sido mucho más interesante de lo que muchos nos han querido vender. Nos leemos en mi twitter (@smarcusf1).