Estuve rumiando ayer una interesantísima reflexión de Maurice Hamilton, columnista de GrandPrix.com, al respecto de si los test de pretemporada merecen tanta conversación, tanta atención y tanto análisis por parte tanto de la prensa especializada como del resto de prensa y, también, por el público. Es muy interesante leer la columna de este hombre y pensar un rato sobre el tema: ¿de verdad tiene tanto interés? ¿Tenemos la capacidad de ver alguna clave o simplemente los coches están ahí, a la vista, dando vueltas al circuito?
Incluso ayer, después de comentar lo que dio de si la tarde en Jerez (hoy y mañana también me haré cargo), me preguntaban por qué (si los tiempos no son importantes), Mark Webber había marcado el mejor tiempo. La respuesta que di era demasiado obvia, pero es que realmente, el mejor tiempo lo marca el piloto que hace la vuelta más rápido… sin más porqués. Los test de pretemporada son el mejor caldo de cultivo para la elaboración de teorías de la conspiración, para que algunos puedan vender su humo antes de que empiece lo realmente importante, que son las carreras, y para, sencillamente, cubrir un espacio informativo en el que siendo realistas, lo mejor que podemos hacer es dar los tiempos y comentar someramente a qué dicen las escuderías que se han dedicado.
¿Qué esperamos que nos conteste un piloto, o el ingeniero jefe de un equipo?
Adrian Newey, preguntado por periodistas acerca de si ve competitivo el Red Bull, dice claramente que no tiene ni idea. Que hasta que empiece la temporada no se sabrá nada, y por supuesto que las nuevas reglas y el hecho de haber tenido que basar el diseño del RB8 en el RB5 tienen posibilidades de darles más desventaja que ventaja. Mark Webber dice ayer que el coche es competitivo. ¿Qué va a decir? ¿Que no es nada competitivo y que tiene muchos fallos? Además consigue el mejor tiempo si eliminamos a Michael Schumacher del cuadro. ¿Significa algo? Lo que yo veo es que en su programa de test se ha incluido algo que ha dado lugar a una vuelta rápida.
Jenson Button y McLaren, Felipe Massa y Ferrari salen de la segunda jornada con cara de “queda mucho trabajo por delante” y rezagados en la lista de tiempos. Por delante quedan Toro Rosso, Force India (qué buenas sensaciones, tema aparte) y también Lotus. ¿qué significa? Nada, ellos han rodado según el plan que marca el equipo y sus directores técnicos. ¿Significa “queda mucho trabajo por delante” que las cosas van mal? De nuevo parece que hay que cuestionárselo todo en unas jornadas que, más que en cualquier otro test (incluido el siguiente en Barcelona), lo que hay que hacer es dar vueltas y más vueltas, recabar datos y correr pocos riesgos si es posible.
Puede parecer que voy tirando piedras contra mi propio tejado porque, si tan poco valen la pena estos test (desde el punto de vista de “sacar una historia”), ¿qué hago divagando sobre el tema? Sencillamente, estoy muy de acuerdo con el señor Hamilton (Maurice) sobre lo poco que aporta la procesión de periodistas y la cantidad de micros y preguntas (“¿Crees que el coche es competitivo?”, “¿Crees que Red Bull mantendrá la hegemonía de años anteriores?”, “¿Es este el año de Ferrari?”) que obviamente se van a responder como se espera (“Si”, “Si”, “Si”) tras una jornada de test consistente en rodar el máximo número de vueltas posible para cumplir el programa.
Pero, ¿qué pasa con los patrocinadores?
Eso digo yo, ¿qué pasa con ellos? Nada en absoluto. Si es verdad que Daniel Ricciardo se marcó una vuelta rápida para darle gusto a sus patrocinadores, estarán en su pleno derecho pero me parece una cuestión muy infantil. Los patrocinadores ponen dinero para que los equipos lleven sus logotipos a la victoria, y no para que sus patrocinados sean los más rápidos de jornadas-que-no-puntúan. Y los patrocinadores entenderán que para llegar a la bandera a cuadros los primeros tendrán que dejarlos trabajar según sus programas. Y contentarse, que no es poco, con salir en las cientos de fotos que se realizan en este tipo de eventos, y que para los aficionados importa poco la posición, y sí que sean capaces de terminar su trabajo de forma competente.
Sentir competitividad con las demás escuderías o pilotos en la primera o segunda jornada de test me parece equivalente a esa frase que dice algo así como “ser el más rico del cementerio”. Buscar eso, señales de qué escudería ha acertado y cuál no tras ver dos jornadas de test de toma de contacto es absurdo, es querer buscar competición antes de que se ponga el semáforo en verde en Australia, que es a partir de cuando me voy a emocionar de verdad con la competición, mientras que ahora mismo me emociono viendo fotos del Lotus E20, que es el coche que más me gusta.
La puntilla es un comentario que espero que recordéis, a ver si es cierto (yo creo que si): las narices de los monoplazas son horrendas, son un crimen estético y realmente, ¿a quién se le ocurre? A media carrera en Melbourne, ninguno de nosotros se estará tirando de los pelos, es más, nos acostumbrremos muy rápido y este tema pasará desapercibido. Y para que conste, lo dijo Richard Williams, de The Guardian.