Aunque era vox-populi desde el pasado año y algunas escuderías levantaron un poco la voz, hacía falta que alguien lo dejara claro. Un informe realizado por una empresa auditora holandesa ha revelado que Red Bull supera el límite presupuestario pactado por la FOTA.
Un límite firmado por los equipos, aunque afecte únicamente a las más grandes, con el objetivo de limitar los gastos. Una cifra por cierto, bastante superior a los 40 millones de dólares de la propuesta fallida de la FIA. En ese pacto, firmado por los miembros de la FOTA, también se describía la cantidad máxima de gente empleada por cada escudería.
Pero aunque Red Bull ha negado la “acusación”, no todos en la parrilla se lo creen. Ese es el caso de Ross Brawn, un perro viejo en hacer lo que hay que hacer para vencer. Sus años en Ferrari y esas temporadas sin limitaciones en el número de tests son el mejor ejemplo.
Ahora bajo la austera lupa de Mercedes-Benz afirma que “su” escudería controla la inversión según el pacto y que en la Fórmula 1 debería haber controles más rigurosos para que nadie supere el límite presupuestario. En resumen, que nadie juegue con mejores cartas ya que todo el mundo sabe que la evolución de los monoplazas se pesa, que no cuenta, en los fardos de billetes invertidos.
Vía | Autosport