Hace una semana os expresaba mi opinión sobre en lo que se está convirtiendo el JWRC tras la decisión por parte de la FIA de utilizar los Citroën DS3 R3T. Con el disparatado coste que exige la temporada en el Campeonato Junior, M-Sport y DMACK han tomado la decisión de crear una copa con los Ford Fiesta R2 del equipo británico (con DMACK como suministrador de neumáticos) y con unos presupuestos mucho más ajustados que los del JWRC.
En total, la copa se conformará por cinco rallyes europeos (Portugal, Polonia, Finlandia, Alemania y Alsacia) y se espera que el coste sea muy similar al del JWRC del año pasado, unos 125.000 €, algo más aceptable para los jóvenes pilotos, en lugar del medio millón de euros del que se está hablando para el Junior. Cifras que son prácticamente inalcanzables para alguien que está comenzando su carrera deportiva internacional y que premian más los patrocinadores que las “manos”.
El premio es incluso aún mejor. Mientras que el ganador del campeonato organizado por la FIA podrá disputar seis pruebas del WRC2 con el Citroën DS3 R5, M-Sport y DMACK aseguran a su ganador correr el campeonato completo del WRC (las siete pruebas) en 2015 al volante del Ford Fiesta R5. Un verdadero golpe en los morros a la Federación Internacional, que debe replantearse si sus últimos movimientos son o no correctos.