Todos sabemos que la superioridad de un Fórmula 1 ante cualquier otro vehículo es evidente pero no por ello podemos descartar un vídeo de estas caracterísitcas. Con la lluvia como protagonista, algo que desluce el vento, la escudería Lotus Renault GP, ahora Lotus a secas, decidió medir uno de sus monoplazas, el R30, con un LMP1 de resistencia, el Pescarolo-Judd de Pescarolo Team y uno de los vehículos más potentes y rápidos del planeta, el Bugatti Veyron.
La prueba, un 0-300 km/h, demuestra que la potencia, no lo es todo. La gran diferencia entre los tres participantes es el peso. Si un Veyron supera las dos toneladas, en el caso del Pescarolo-Judd su peso está en torno a los 900 kilogramos. Pero los 600 kilos de un monoplaza dictan sentencia. A pesar de los 1.001 CV del superdeportivo francés, nada puede hacer ante la superioridad de los coches de competición. El Lotus Renault R30, con Nicolas Prost al volante, marca 12,1 segundos en el 0-300 km/h. Y eso que las condiciones no eran las mejores.