A estas alturas, dos líquidos llevan de cabeza a la mayoría de los estrategas de los equipos para intentar visualizar lo que puede dar de sí la carrera del Gran Premio de Bélgica: la lluvia y el combustible. Dos de las características inseparables de Spa-Francorchamps son precisamente su elevado efecto de la carga de combustible en los tiempos por vuelta, y su caprichosa climatología.
De este modo, y teniendo en cuenta que parece bastante complicado determinar exactamente si lloverá o no lloverá, y en el caso de Spa, si lo hará fuerte, en todo el circuito, durante 5 minutos, o a lo largo de toda la carrera, muchas de las respuestas de lo que puede pasar en unas horas las encontramos en los depósitos de los monoplazas.
El año pasado, Kimi Raikkonen ganó la carrera parando por primera vez en la vuelta 15, por lo que es de esperar que este año las cosas vayan por esos derroteros. En cualquier caso, y viendo las diferencias entre la Q2 y la Q3, parece que Lewis Hamilton y Felipe Massa irán muy iguales de carga, y siendo las vueltas tan largas en Spa, probablemente tengan previsto parar en la misma vuelta.
Lo que sí está más claro, salvo fallos de pilotaje gordos en la sesión definitiva, es que tanto Massa como Hamilton van más cortos que sus respectivos compañeros de equipo. Así pues, y si no metemos en la ecuación factores como los Safety Car y la ya mencionada lluvia, si Felipe Massa quiere plantar cara al McLaren de Lewis Hamilton más le vale desempolvar el mono que usó para la salida en el Hungaroring...
Desde luego, el propio brasileño tiene muy claro que McLaren "fue más rápido en las tres fases de la calificación, cosa que indica que están muy fuertes aquí". Y volviendo a las historias de la temperatura, llueva o no llueva, lo que parece claro es que las temperaturas serán tirando a bajas, algo que ya sabemos que beneficia a McLaren frente a Ferrari.
