Está claro que los fabricantes italianos de los años 70 siempre tienen un sabor especial. Es difícil de explicar el motivo aunque seguramente tenga algo que ver con el hecho que muchos de ellos paarecen en la misma época y tienen un perfil de mucha más pasión que medios, lo que les da un cierto "encanto de pueblo". Vamos, que son más mecánicos que aristócratas. Osella es un claro ejemplo de esto.
El equipo, fundado por Enzo Osella, empezó como equipo de Abarth y acabó encargándose del programa de competición oficial de la marca del alacrán. Una historia que recuerda a Ferrari aunque con marcas de menos "glamour". Finalmente, tras terminarse su asociación con Abarth, Osella decidió volar en solitario y aventurarse al difícil mundo de los monoplazas.
Osella FA2 - Fórmula 2
Tras un infructuoso intento de vender el FA3, un Osella de Fórmula 3, la marca casi se vio obligada a dejar las actividades. Tras unos pocos años en carreras de poco nivel, en la temporada de 1979 se rescató un FA2 de mediados de los años 70 para competir en el campeonato europeo de Fórmula 2. Unas pocas modificaciones para actualizar el coche deberían ser suficientes.
Con el motor BMW y con un rosso tradicional italiano, el Osella rindió sorprendentemente bien. Con Eddie Cheever al volante, la primera victoria llegó en la primera carrera del año. Alternando buenos resultados con otros no tan buenos, hubo que esperar un poco para el siguiente triunfo, en Pau, que situaba al norteamericano en la lucha por el campeonato. Osella estaba siendo la sorpresa del año y aún llegó una tercera victoria en Zandvoort.
Al final, Cheever "solo" pudo ser cuarto por detrás de Marc Surer, Brian Henton y Derek Daly. Para Osella había sido toda una sorpresa obtener unos resultados tan competitivos sin una preparación adecuada. Lo lógico habría sido mejorar el FA2/79 y competir en la Fórmula 2 de nuevo en 1980 pero Enzo Osella pensaba más allá y se lanzó a por la Fórmula 1. Sería una aventura de locos, seguramente de nuevo sin suficiente preparación. Pero sería apasionante.
Osella FA1E - Fórmula 1
Los primeros años fueron complicados, con más decepciones que celebraciones. Aún así, Jean-Pierre Jarier consiguió un espléndido cuarto puesto en el Gran Premio de San Marino de 1982 en la carrera sin los constructores británicos, antes de que el malogrado Riccardo Paletti perdiera la vida en Canadá. Todo esto había pasado con motores Cosworth y para 1983 estaba previsto que el FA1E con motor Alfa Romeo lo cambiara todo.
Aún así, el coche llegó tarde y solo a mediados de temporada estuvo listo para competir. El propulsor era el que había usado hasta 1982 el equipo oficial de Alfa Romeo, que ya se había pasado al turbo. Osella servía como una especie de "equipo B" de la marca de Turín. A cambio, Alfa Romeo cobraba los motores a precio muy barato y ayudaba con temas técnicos. Aún así, el pesado doce cilindros de Alfa Romeo no era suficientemente competitivo y no ayudaba a que Osella mejorara.
En 19 ocasiones se inscribió un FA1E (dos coches en las siete últimas carreras de la temporada 1983) y en ocho de ellas, el coche no consiguió clasificarse para la carrera. Estaba claro que a pesar de lo bonito que era el Osella con su particular color azul, no era competitivo. El motor atmosférico de Alfa Romeo se había quedado obsoleto y el equipo se veía obligado a replantear la temporada de 1984 con un gasto previsto enorme al no poder basar su nuevo coche en el que ya tenían pero Alfa Romeo tendría la solución con más ayuda técnica de la esperable.
Osella PA9 - Can-Am
Durante su entrada en la Fórmula 1, Osella jamás dejó de fabricar coches de sport, básicamente barquetas de carreras que solían competir en subidas de montaña y en categorías de resistencia de coches con poca cilindrada. Invariablemente, estos coches ayudaban a la economía de la marca, que siempre encontraba la forma de sobrevivir gracias a estos ingresos extra.
Pero además de los pasos de montaña y los circuitos europeos, algunos coches viajaron más lejos. Uno de estos fue el Osella PA9, que llegó a participar en carreras de la Can-Am en su segunda encarnación. Evidentemente, lo hacía en la categoría reservada a coches con motores de 2000 centímetros cúbicos, montando un propulsor BMW que hacía pensar en los orígenes de la marca en la Fórmula 2.
Sorprendentemente, el Osella-BMW rindió a buen nivel y en la temporada de 1984 consiguió terminar en tercera posición final en la clasificación reservada a los coches de 2000 centímetros cúbicos o menos. Con el italiano Armando Trentini al volante, el coche se había mostrado sólido y a pesar de no ganar ninguna carrea en su categoría, había conseguido los puntos para ser tercero. Su temporada incluyó una séptima posición de la general en Sears Point como mejor resultado.
Osella FA1L - Fórmula 1
De cara a la temporada de 1984, Alfa Romeo cedió un 183t a Osella para que lo "estudiaran" y se basaran en él para su diseño del que sería el FA1F. A partir de entonces, todos los Osella turbo partirían de esa base y cuando llegó la temporada de 1988, el FA1L era una evolución de ese FA1F que a su vez provenía del Alfa Romeo 183t. Con un motor poco fiable, Alfa Romeo aceptó que Osella quisiera los motores pero les pidieron que le cambiaran el nombre para evitar publicidad negativa.
Así, el Osella FA1L usó motor Osella, de forma oficial, aunque no era nada más que el viejo motor Alfa. El coche, totalmente desfasado al igual que el motor, dio algunas muestras de velocidad en las pruebas de pretemporada. Con muchos equipos usando motores atmosféricos, parecía que el FA1L tenía la oportunidad de oro de brillar, sobre todo en circuitos rápidos. A pesar de contar con el joven y talentoso Nicola Larini, no hubo manera de volver a puntuar.
Un noveno puesto en Mónaco fue el mejor resultado del año para un equipo que ya solo tenía a un piloto en pista, cuyo coche se rompió en siete de las diez ocasiones en las que consiguió tomar la salida. Para Osella y a pesar de lo mucho que le debían a Alfa Romeo, sería un alivio estar obligados a dejar el motor italiano a finales de temporada para recuperar el Cosworth que no habían usado desde la primera mitad de 1983. Para Osella, venían tiempos difíciles que culminarían con la venta del equipo a Gabriele Rumi.
Osella PA20 - Varios
La llegada de Rumi acabó significando la desaparición de Osella de la Fórmula 1 cuando el equipo se convirtió en Fondmetal. Aún así, la marca tenía salud suficiente y decidió centrarse en aquello que históricamente había hecho mejor; construir barquetas de pequeño tamaño para motores de poca cilindrada para competir en subidas de montaña. Osella cambiaba su color y a mediados de los 90, se trasladó al sur de Italia.
En una fábrica con tecnología punta, empezaron a evolucionar este tipo de coche que aunque hoy en día se ve muy moderno, tiene unas formas que recuerdan claramente a aquellas que vemos en los Osella de los años 80. El legado de los "PA" (los prototipos de la marca) sigue vivo. Uno de los coches más prolíficos de esta época es el PA20, un modelo que ha tenido multitud de versiones con una gran cantidad de paquetes aerodinámicos específicos.
Desde entonces, el PA20 (que a menudo usa motores BMW que hacen latir el corazón de los seguidores de la marca de una forma especial) ha ganado campeonatos de montaña en Francia y Alemania, además de campeonatos italianos en pista, demostrando que cuando Osella pone su alma en hacer este tipo de coches, sabe hacerlos de maravilla. El PA20 es la base de los coches que han venido después como el PA21, el PA27 o el mas reciente y espectacular PA30, aún en activo.
Para muchas marcas, la marcha de la Fórmula 1 es el fin de sus actividades en competición y en algunos casos, la "muerte". Para Osella no fue así y conscientes de que sabían hacer cosas fuera de la Fórmula 1 y que las sabían hacer muy bien, decidieron ponerse a ello y sobrevivir como una marca con fama en la montaña. Raro es el campeonato hoy en día en el que no aparece uno de los coches italianos en la zona alta de la clasificación, testamento a su legado deportivo.
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