Después de unos meses de merecido descanso y de centrarnos en las competiciones que han estado dando vidilla al mundo de la competición, ahora con el parón veraniego de la Fórmula 1 volvemos con nuestra serie que repasa los coches de competición más bellos de la historia, y lo hacemos con una elección hasta cierto punto lógica. La Fórmula 1 la tenemos aún fresquita, así que para reanudar la marcha de esta serie, lo hacemos con una marca de eminente presencia en la Fórmula 1; la British Racing Motors, conocida como BRM.
Fundada en 1945, estuvo en la Fórmula 1 desde 1950 hasta 1977, teniendo una presencia particularmente durante los años 60, donde llegó a ser campeona del mundo tanto de pilotos como de constructores, en 1962. Aunque llegaron a producir un coche para la Can Am norteamericana, construyeron en un motor (¡una turbina de gas!) para Le Mans y llegaron a trabajar en una versión del famoso motor H16 para Indianapolis, su presencia se centra casi exclusivamente en la Fórmula 1.
BRM 15 - Fórmula 1
Uno de los coches más conocidos de BRM es el BRM 15, aunque probablemente el nombre, al ser relativamente simple, no acabe de sonarles a algunos. Aunque seguramente, si utilizamos el nombre "popular" que se utiliza para hablar de esta máquina, todos nos entendamos mejor. Se trata del llamado "BRM V16"; nombre que no es casual, sino que viene dado por el hecho de que este coche, diseñado a finales de la década de los 40, montaba un revolucionario motor de 16 cilindros en V.
Aunque el diseño es de finales de los años 40, el coche no llegó a debutar en algunas carreras británicas de menor importancia hasta 1950. El motor, de 16 cilindros en V y 1500 centímetros cúbicos con turbocompresor, suena de maravilla y se convierte en un favorito del público en sus primeras apariciones con facilidad. La potencia que da es desmesurada y muy superior a la de los rivales de la época, pero el peso es un problema. La diferencia de peso entre los Alfa Romeo que dominaban la Fórmula 1 y el BRM 15 era de unos 100kg.
Este coche disputó un par de carreras del campeonato del mundo de Fórmula 1. Ambas en 1951, se trata de los grandes premios de Gran Bretaña e Italia. En el primero de estos dos, el BRM satisface en casa, con un quinto puesto más que decente, con Reg Parnell al volante. En Italia, la situación empeora y ninguno de los dos coches inscritos es capaz ni siquiera de empezar la carrera a pesar de una prometedora sesión clasificatoria con ambos pilotos dentro del top 10. El coche quedaría en el olvido con el cambio de normativas para 1952.
BRM P57 - Fórmula 1
La nomenclatura P57 de BRM es a veces un tanto complicada. Para entenderla, hay que ponerse en situación. Cuando la Fórmula 1 anuncia un nuevo cambio de normativas técnicas para 1961 que implican una limitación de los motores a 1500 centímetros cúbicos, a algunas marcas les pilla por sorpresa. Una de estas es BRM, que no puede tener un motor para 1961. Por lo tanto, recurre a la Coventry Climax para que fabrique un motor y utilizan un coche híbrido, evolución del BRM P48 de la temporada anterior, pero con algunas soluciones nuevas. El coche se conoce inicialmente como P57. Podría quedarse así el tema, ya que además la temporada de 1961 no le trae ningún éxito a la marca.
Pero el coche de 1962 originalmente se llama P578, por eso de ser un P57... con el nuevo motor V8. Finalmente, los años ponen a los coches en su puesto y BRM acepta la nomenclatura que también había sido usada en el momento, aunque de forma menos extendida. El P57 de 1962 es, a fin de cuentas, un P57, lleve el motor que lleve, mientras que el P57 original era más parecido al coche anterior. Con todo esto, la temporada de 1962 recupera un 1961 bastante mediocre para llevar un coche precioso; pequeño, compacto y ligero hasta el título. La apuesta de BRM es interesante, con un coche de baja cilindrada pero muchos cilindros (8 del motor BRM de 1962 en comparación con los 4 del motor Climax de 1961).
El P57 volvería a la carga en 1963, después del histórico resultado de 1962 con ambos títulos, tres victorias y ocho podios en total. Pero la tecnología evoluciona y aunque BRM pudo ganar dos carreras con Graham Hill, campeón en 1962 con la marca británica, el momento del P57 ya había pasado. Los diez podios en total son suficientes para darle al equipo la segunda posición del campeonato, pero Jim Clark es imparable. BRM pasaría a utilizar un nuevo coche a partir de la temporada de 1964 en su equipo oficial, aunque algunos privados seguirían con el P57 hasta 1965.
BRM P261 - Fórmula 1
El siguiente en el arbol genealógico de BRM es el P261, un coche de nuevo bien construido; compacto y ágil. El coche para 1964 funciona desde el primer momento, con una nueva victoria de Graham Hill en Mónaco. La fiesta la completa Richie Ginther, con una segunda posición que hace que BRM haya empezado el año de la mejor forma posible. De hecho, se repite el resultado del Gran Premio de Mónaco de 1963, donde el P57 también tuvo a Hill primero y Ginther segundo. A medida que avanza el año, se demuestra que el BRM es un buen coche para circuitos pequeños y ratoneros, pero desafortunadamente para ellos, en esa época son la minoría dentro de la Fórmula 1.
A pesar de ello, Hill obtiene tres segundas posiciones y una victoria en Estados Unidos, mientras que Ginther consigue ser segundo en Austria. Tanto la marca como su piloto estrella, Graham Hill, luchan por ganarlo sus respectivos títulos en la última carrera del año, en México. Pero la Fórmula 1 siempre tiene ases escondidos bajo la manga, y en un gran premio que se recuerda por la participación de los Ferrari del equipo N.A.R.T. sin el color rojo tradicional de la marca, llega la sorpresa. Lorenzo Bandini con uno de estos coches golpéa a Graham Hill, que realiza un trompo y pierde mucho tiempo.
El golpe daña, además, su escape, lo que significa que no puede llegar a los puntos. En Ferrari, el resultado vale para que John Surtees se proclame campeón, a la vez que Ferrari. La decepción en BRM es enorme. En 1965, BRM vuelve a intentarlo con el P261, y vuelve a obtener una victoria y un doble podio en Mónaco. Varios podios y algunas victorias con un debutante llamado Jackie Stewart son lo mejor del año, pero el título vuelve a escaparse por "culpa" de Jim Clark. En 1966, el competitivo P261 se mantiene, pero con un motor con algo más de cilindrada mientras BRM prepara el nuevo coche para las nuevas normativas. Stewart gana en Mónaco (por cuarto año consecutivo para la marca), pero eso es lo mejor del año. Como anécdota, en 1968 Frank Gardner inscribe un P261 con un motor BRM V12, pero no consigue clasificarse.
BRM P83 - Fórmula 1
El BRM P83 es un coche por el que reconozco sentir una especial debilidad, siendo seguramente mi favorito de la marca. Cuando en 1966 se abren las normativas y se pasan a permitir de nuevo motores de 3000 centímetros cúbicos, la mayoría de equipos no consiguen tener motores ni coches listos pronto. Esto se aplica también a BRM, que utiliza el P261 durante bastantes carreras con un motor de 2100 centímetros cúbicos hasta tener preparado el motor del nuevo modelo. El P83 monta un propulsor único en la Fórmula 1... con una estructura H16, o lo que es lo mismo, un motor de 16 cilindros que esencialmente son dos motores V8 de 1500 centímetros cúbicos unidos, con los cigüeñales unidos.
Toda una obra de ingeniería que, por otra parte, era una elección realmente extraña. En teoría, utilizaban muchos conceptos que habían funcionado fantásticamente bien en el susodicho motor V8. A la práctica, el diseño acabó siendo demasiado pesado, aunque muy potente. El BRM P83 debuta en Italia en 1966, pero ese año no consigue terminar ninguna carrera. Por su parte, Lotus aún no tiene listo el motor Cosworth, y firma un contrato con BRM para utilizar sus motores con el extraño Lotus 43. Este sí llega a ganar una carrera, en 1966; el Gran Premio de Estados Unidos con Jim Clark al volante.
En 1967, el BRM P83 es algo más competitivo, aunque sigue siendo poco fiable. Jackie Stewart, primer piloto del equipo, termina tan solo dos carreras, aunque en ambas consigue subirse al podio. Mike Spence, su compañero de equipo, termina algunas más, casi siempre en los puntos, pero siempre quinto o sexto. Al final, la sexta posición en el campeonato de marcas es muy decepcionante. En BRM preparan una nueva versión del H16 para 1968; mucho más ligera y más potente, pero finalmente se decide utilizar el nuevo V12, que parece tener buen rendimiento y se considera una opción menos arriesgada.
BRM P160 - Fórmula 1
El BRM P160 tiene varias cosas interesantes en su historia en la Fórmula 1. Ante todo, es una historia relativamente larga, de una época en la que los modelos básicos se utilizaban durante varios años ya que la categoría evolucionaba a tal ritmo que un buen modelo básico podía irse evolucionando durante varios años. El P160 debutó en 1971 y compitió por última vez a principios de 1974, lo que supone una longevidad destacable, teniendo en cuenta que sus resultados ya no eran tan competitivos como los de los coches de la década de los 60 o incluso el P133, el modelo anterior.
El P160, que tiene un aspecto tradicional de la primera mitad de los años 70, dando una imagen representativa de lo que era la Fórmula 1 entonces, es pilotado por un número interesante de nombres. Entre sus pilotos encontramos a Niki Lauda, Clay Regazzoni, Henri Pescarolo, Peter Gethin e incluso Alex Soler-Roig. Otro de los que lo pilotaron en carrera fue un tal Helmut Marko, que a bordo de un P160 sufrió el "incidente" (una piedra le saltó en el ojo en Clermont Ferrand) que terminó con su carrera deportiva. Heróicamente, y tras el golpe que le haría perder el ojo, tuvo la sangre fría y el talento de parar el coche, evitando un accidente que habría sido fatal para él y otros pilotos, ya que siendo los primeros compases de carrera, todos tenían los depósitos llenos.
Finalmente, el gran hombre del BRM P160 es Jean-Pierre Beltoise, que con este vehículo obtiene la última victoria de la histórica marca en el Gran Premio de Mónaco de 1972. Es una victoria espectacular, bajo la lluvia y demostrando un dominio del líquido elemento digno de ver. Además, supone una última alegría para un equipo que no dispone ya de medios para tener un coche competitivo durante mucho más tiempo. La victoria es, además, el único podio del P160. También es el penúltimo del equipo, ya que el propio Beltoise consigue una segunda posición que supone el canto del cisne de BRM con el sucesor del P160, el P201, en Kyalami en 1974.
Cuando se compara a BRM, que compitió siempre bajo la dirección de Alfred Owen y su Owen Racing Organisation (curiosamente, aunque el constructor era BRM, no estaba en ninguna parte en el nombre del equipo en sí mismo) con otras marcas contemporáneas, es fácil pensar que se trata de una marca menor. A fin de cuentas, Ferrari, Lotus, Brabham o incluso McLaren, que debutó a finales de los 60, son históricas en la Fórmula 1 con grandes resultados y un sinfín de victorias y de títulos. Pero BRM es uno de los últimos ejemplos de un constructor muy privado que consigue, con buen trabajo, competir con los mejores; y por eso son ya merecedores de un lugar de honor en el automovilismo deportivo.
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