Hay actuaciones que por derecho propio pasan al libro de oro de la historia de la Fórmula 1, y sin lugar a dudas, lo que hemos visto hacer hoy a Lewis Hamilton en Silverstone tiene todos los requisitos necesarios para ser considerada una de las grandes actuaciones de la historia de nuestro deporte, le pese a quien le pese.
No podemos olvidarnos que Lewis ha doblado a todos los pilotos en pista con excepción de los dos que le han acompañado en el podium, metiéndole 1 minuto y 8 segundos al segundo clasificado al paso por meta tras las infernales 60 vueltas del Gran Premio de Gran Bretaña.
Ya en la misma salida el piloto británico ha puesto sobre la mesa las cartas que iba a jugar hoy ante su público, merendándose en la arrancada a los tres pilotos que le precedían, aunque en Copse las narices de Kovalainen viniendo por fuera le han permitido mantener la primera posición que ocupaba en parrilla. Pero bueno, desde los primeros instantes ha quedado claro que Lewis iba lanzadísimo, y su compañero de equipo no ha podido aguantarlo por mucho tiempo a su estela.
El primer stint de Hamilton fue bueno, pero no tan magnífico como lo que nos iba a deparar los dos restantes. De hecho, en la primera parada en boxes, Lewis llevaba a Kimi Raikkonen enganchado a su zaga. Pero llegó la lluvia, y con ella Hamilton demostró su habilidad innata para controlar el monoplaza al límite, mostrando un único error en toda la carrera cuando se fue un pelín largo entrando en una curva en el momento que más agua caía sobre la pista, pero controlando extraordinariamente lo que podría haber sido un trompo seguro.
Pasaban las vueltas. Seguía la lluvia. Los trompos se sucedían. Los errores eran la nota común. Para todos menos para Lewis, que al volante de su MP4-23, rodaba a un ritmo increíble sacando distancia a todos. Incluso cuando ya aventajaba en más de 40 segundos al segundo clasificado a falta de menos de 20 vueltas, Lewis seguía rodando en los tiempos más rápidos que se marcaban en ese momento, y por mucho que se hayan empeñado Gonzalo Serrano y cia en "criticar" la "irresponsabilidad" de Hamilton, creo que como ha acabado diciendo De La Rosa, Lewis iba muy sobrado y guardándose unas cuantas décimas en la chistera.
En definitiva, que un 10 para Lewis, que hoy ha demostrado que cuando decide que donde tiene que hablar es en pista, es un piloto que puede dar grandes exhibiciones al volante. A la victoria de Senna en Estoril en el 85, o la de Stewart en el Infierno Verde en el 68, ya podemos añadir otra exhibición sobre mojado: la de Lewis Hamilton en Silverstone 2008.