Al bueno de Jarno le crecen los enanos en Lotus. No solo el equipo no es tan fuerte como se esperaba, lo suficiente como para luchar contra los equipos de medio pelotón, si no que además ni es eficiente aerodinámicamente, ni es capaz de transmitirle todo lo que se espera que le transmita un monoplaza a un piloto a través de la dirección. Vamos, un desastre y a Trulli no le quedan más recursos para mejorar.
Curiosa situación para el piloto italiano, al que se le termina el contrato a final de año y que si no encuentra otro asiento mejor, lo más seguro es que abandone la Fórmula 1. Es lógico si no se ve evolución, y por lo visto hasta el momento con lo que llevamos de temporada, Lotus sigue siendo parte del vagón de cola y no de medio pelotón. Y para un piloto rápido y que luchaba en tiempos por el podium, es un sufrimiento.
El problema real es con la dirección, porque sigue causándome problemas. Si no tengo un claro feedback de la dirección, como es el caso ahora mismo, no me puedo adaptar: mi pilotaje es muy preciso y no puedo maquillarlo o ir al límite. Es como conducir con los ojos vendados.
Jarno podría estar pensando en continuar la competición en especialidades de resistencia, siempre que fuese en buenos equipos, pero de momento dice que debe mantener “la mente clara”. No se yo, con esas declaraciones parece de todo menos tener la mente clara.
Vía | Autosport