Volver a ver las estrechas carreteras de San Remo es siempre un verdadero placer. Todavía recuerdo mis primeros años siguiendo el Mundial de Rallyes, con los Sainz, Makkinen y compañía recorriendo las serpenteantes carreteras de montaña italianas y dejando imágenes difíciles de olvidas. Sin embargo el tiempo pasa y ahora nos tenemos que conformar con ver esta mítica prueba en el calendario del IRC.
Aun así este año hemos podido ver una bonita batalla por la victoria, con tres pilotos involucrados en ella, y con un final que se decidió solo por segundo y medio. Cuarta vez que ha ocurrido durante esta temporada. El San Remo se volvía a mostrar intransigente con los participantes y los errores se hicieron más que habituales.
El trompo de Giandomenico Basso, la avería mecánica de Chris Atkinson y el accidente de Guy Wilks son buenos ejemplos de la dureza de la prueba. El británico de Peugeot no está teniendo su año y lejos de poder luchar por el campeonato, algo que antes de comenzar la temporada parecía más que probable, está encadenando una larga racha de abandonos por averías y accidentes.