Las flechas de plata volvieron a rugir sobre el asfalto de Nordschleife

Se está convirtiendo en costumbre que los pilotos de las diferentes escuderías se pongan a los mandos de antiguos monoplazas que escribieron la historia de sus respectivos equipos. Lo hizo Fernando Alonso con el Ferrari de José Froilán González y hace unas semanas les toco a Nico Rosberg y Lewis Hamilton seguir la tradición instaurada en Mercedes de dejar alguno de sus monoplazas míticos a su piloto para dar una vuelta a Nordschleife.

Los dos actuales pilotos de la firma de la estrella se pusieron a los volantes del W154 y el W196 y se dieron una vueltecita al Infierno verde a unas velocidades al menos respetables. Sin duda una de esas iniciativas que nos permiten volver a disfrutar de estas viejas joyas que se han quedado relegadas a los museos, o que incluso forman parte de las colecciones privadas más afortunadas.

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